La baronesa Thyssen ha estado pasando unos días de vacaciones en Ibiza, como hace habitualmente, con sus dos hijas Sabina y Carmen. Tita Cervera está en un momento muy especial de su vida. Su relación con su hijo mayor, Borja, parece estar cada día mejor y disfruta de todo el tiempo libre que tiene para estar con sus dos hijas pequeñas.

Ayer visitó Sant Feliu de Guíxols, donde anunció que en el 2020 el Museo Thyssen abrirá en la localidad con una colección de pintura catalana. «Es un día maravilloso. Estoy muy emocionada y me siento muy feliz de poder estar en un lugar tan bonito», dijo, tal y como recogió ayer el digital Chance.

Además, sigue en conversaciones con el Gobierno para la cesión de sus obras en el Museo Thyssen de Madrid. «Sí, sí, naturalmente. Como sabemos, yo siempre procuro ayudar con el arte. Llevo desde el año 2000 con un préstamo gratuito de la colección internacional en el Museo Thyssen de Madrid, y creo que, bueno, el mayor movimiento de arte en la historia que se hizo fue traer la colección de mi marido a España. Creo que ayudé mucho a que eso pudiera ser así. Pero hay algunas diferencias entre Madrid y yo. Se van a arreglar, espero».

El plazo que se han dado la baronesa y el Ministerio de Cultura expira en noviembre. Y es que según declaró Tita Cervera en una entrevista en la edición española de Vanity fair: «Fiscalmente no pido favores, solo que se cumpla lo que ya está firmado. Deseo que mis cuadros se queden en España siempre que tengan un marco legal que permita su movilidad para realizar exhibiciones por todo el mundo» asegura alguien que confesó que tiene patrimonio, «pero no liquidez». Tita gasta unos 400.000 euros al mes entre el personal, el mantenimiento de su patrimonio inmobiliario y pictórico, los seguros, su yate, su salud, sus abogados, etc.

Preguntada por posibles nuevas adquisiciones, se muestra tajante: «Debo decir que todavía en España no creemos en los pintores maravillosos que hemos tenido y que tenemos. Hay subastas todavía donde puedo adquirir obras. Pero ya no puedo comprar obras internacionales, porque tienen unos precios de locura». Sobre sus últimas adquisiciones, la baronesa cita una obra de Francisco Pradilla y La romería de Baldomero Galofre.