En la reciente lista elaborada por la cadena BBC sobre las mejores películas de la primera década y media del siglo XXI, el puesto de honor ha correspondido a Mulholland Drive, filme de David Lynch realizado en el 2001, cuando el nuevo milenio iniciaba su andadura. Que este cuento perverso sobre las fantasías de una chica de provincias (Naomi Watts) que quiere triunfar en Hollywood haya sido la película más votada, está en sintonía con el replanteamiento de estructuras, lenguajes y soportes que vive el cine desde hace años.

En su momento fue un filme tan aplaudido como cuestionado, lo que no es nuevo en Lynch: le pasó con Terciopelo azul, hoy pieza de culto, y Carretera perdida, y su célebre teleserie, Twin Peaks, fue un éxito al inicio -ayudado por la sensación de que Lynch y su compañera sentimental de entonces, Isabella Rossellini, eran una de las parejas de moda- y un fracaso al final. Pero esa es la regla general de las listas de los mejores filmes de la historia, de tal o cual década o de un determinado género: pocas veces existe el consenso total.

En la lista realizada por la BBC hay cineastas que repiten con dos y más títulos. No hay ningún otro de Lynch. De hecho solo podría haber uno más, Inland Empire (2006). El director lo rodó fuera del sistema y su intención era que no se distribuyera en salas comerciales. Pero aceptó que el filme se proyectara en la Mostra de Venecia y, dado su interés y el hecho de que Lynch hubiera anunciado que se retiraba del cine, Inland Empire acabó siendo exhibido comercialmente.

Versión en DVD

Pero él lo realizó para ser visto en internet, que entonces se había convertido en su principal caballo de batalla, y después en formato digital y doméstico. Hace unos años se editó una versión en DVD que incluye 75 minutos más de metraje.

Mulholland Drive, el filme por el que ahora la cadena británica y los 177 críticos que han participado en la votación reconocen la importancia de Lynch en el siglo XXI, tampoco debería haberse visto en salas. En su origen, se trataba del episodio piloto de una serie encargada por la cadena ABC, la misma que había emitido Twin Peaks a principios de los años 90. Pero por alguna razón que se escapa a la lógica humana, la cadena no emitió el piloto y canceló la serie antes de que se rodara.

¿Qué pretendían al encargarle a Lynch una serie? ¿Que les vendiera un relato de intriga clásica? ¿Una sit-com nada experimental? Lynch hizo lo que se espera siempre de él, la creación de otro mundo extraño y singular, pero la ABC se echó atrás. Con el respaldo de Le Studio Canal Plus, el director recompró los derechos de su propio piloto, rodó algunas escenas nuevas y estrenó una película que no nació como tal. Hoy es la mejor de lo que llevamos del siglo XXI.

Pintor en sus inicios y en la actualidad, Lynch empezó en 1967 a dirigir cortometrajes vanguardistas en su intento de mezclar pintura y cine. Para él, una película era dotar de volumen y sonido un lienzo. Nunca ha dejado de pintar y de exponer, como tampoco ha dejado de hacer fotografías -desde series de fotos sobre paisajes industriales hasta colecciones de zapatos fetichistas-, ni de realizar publicidad -para Calvin Klein, Yves Saint Laurent, Giorgio Armani, Lancôme, Play Station 2, Adidas, Gucci y Dior- o grabar discos con una música muy personal en la que se mezclan el pop de los años 50, el blues industrial y la electrónica.

Retorno televisivo

No son caprichos. No es un director de cine que coquetea con la pintura, la fotografía, el diseño -ha creado su propia línea de muebles, con los que decoró el club que abrió en París en el 2011-, internet, la publicidad, la serigrafía y el cómic. Hay una unidad de estilo entre sus filmes y sus cuadros, entre los relatos de animación volcados en su web de pago (www.davidlynch.com) y sus canciones. Es el artista total, el Leonardo de nuestro tiempo.

Pero si ha triunfado exponiendo sus obras en la Fundación Cartier de París en el 2007, por ejemplo, es porque antes se convirtió en uno de los más innovadores cineastas. Cabeza borradora, El hombre elefante, Dune, Terciopelo azul, Corazón salvaje, Fuego camina conmigo, Carretera perdida, Una historia verdadera, Mulholland Drive e Inland Empire conforman su corta obra, nueve largometrajes en 40 años. Sin embargo, ha dejado una huella indeleble en el cine de nuestro tiempo. Lynch cumplió 70 años el pasado 20 de enero. Aunque es factible su retorno a la televisión con una continuación de Twin Peaks, resulta más difícil que regrese al cine. Proyectos no le faltarían, pero tomó una decisión y la está cumpliendo. H