Carmen Mingorance habla en esta entrevista de su actividad como Defensora Universitaria en la UCO, cargo al que accedió hace un año y que reconoce que le está resultando muy gratificante.

-Ahora se cumple un año de su nombramiento como Defensora del Estudiante de la UCO. ¿Qué valoración hace de este año?

-Una valoración muy positiva. La institución de la Defensoría Universitaria ya estaba muy consolidada gracias a la labor realizada por mis antecesores. He encontrado una institución cercana, accesible y conocida por todos los miembros de la comunidad universitaria. Además, he podido trabajar con un respaldo absoluto de todos aquellos a quienes he solicitado colaboración; me refiero al equipo de gobierno, decanos y decanas, directores de centro y de departamento y todos los que desempeñan labores de gestión, así como del personal de administración y servicios.

-En general, ¿cómo calificaría la convivencia en la Universidad cordobesa?

-En la UCO conviven en torno a veinte mil personas. La convivencia es buena, basada en el principio de respeto a los demás y en la voluntad de que la institución funcione. Esto no impide que puntualmente haya algún conflicto o algún desajuste en la convivencia entre personas concretas, como en cualquier otro ámbito de la vida.

-¿Cuáles son sus principales preocupaciones?

-Mi principal preocupación va dirigida a que se sientan protegidos los miembros la comunidad universitaria cuando consideren que se han vulnerado sus derechos. Por ello, me he fijado como objetivo hacer de la oficina un lugar abierto y fácilmente accesible para todos, procurando generar confianza en quien acude a nosotros demandando ayuda y solución a sus problemas.

-En el curso 2016/2017 abrieron 118 expedientes, 56 de ellos, quejas del alumnado. ¿De qué se quejan los estudiantes?

-Las quejas de los alumnos se refieren fundamentalmente a problemas con el acceso a las titulaciones y matriculación, asuntos relacionados con becas y con las evaluaciones. No obstante, quiero señalar aquí que, el dato del número de quejas por este sector no debe sorprendernos, porque el de estudiantes es el colectivo más numeroso dentro de la comunidad universitaria, y probablemente también el más vulnerable. En proporción, el colectivo que más intervenciones solicitó fue el profesorado, mientras que el de estudiantes fue el que menos lo hizo. El mayor número de intervenciones se debe al mayor conocimiento de la institución por parte de la comunidad universitaria y a su consideración como herramienta útil para resolver problemas.

-También hubo 29 mediaciones. ¿Menos de las que esperaba?

-Cuando todas las partes implicadas acepten su mediación, la Defensora Universitaria puede iniciar cualquier actuación para la solución de los conflictos. La mediación se ha convertido en un instrumento útil para la solución de conflictos. Muchas veces la postura de las partes está más cerca de lo que pensamos y es a través de la actuación de una persona imparcial conseguir que las partes lleguen a una solución consensuada, acercar esas posturas y evitar que un pequeño problema se convierta en un motivo de controversia. Sin embargo, las mediaciones son los asuntos más laboriosos y a veces de más calado, y los que más tiempo requieren. No es tan importante el número de mediaciones ni el ámbito a que se refieran sino el que queden solucionadas favorablemente.

-Usted es la Defensora Universitaria y también atiende quejas y consultas del personal de la Universidad. ¿De qué se quejan los empleados de la UCO?

-Efectivamente el Defensor Universitario es el Comisionado del Claustro para velar por el respeto a los derechos y libertades de los profesores, estudiantes y personal de administración y servicios, ante las actuaciones de los diferentes órganos y servicios universitarios. El tipo de problemas que afecta a cada uno de los estamentos de la UCO es, como cabría esperar, muy dispar. De esta manera, a lo largo de este año, los intereses del profesorado se centraron en la actividad docente, mientras que los del personal de administración y servicios se refieren a concursos y traslados.

-¿Está satisfecha con el grado de resolución de los conflictos?

-Estoy muy satisfecha con el trabajo realizado. El trabajo ha sido duro y he puesto todo mi esfuerzo e ilusión en todos los asuntos de los que me he ocupado. Creo que los expedientes se han resuelto, en general, de modo adecuado. Esto no significa complacencia, sino un punto de partida para seguir trabajando en la misma línea.

-¿Ha caído alguna felicitación?

-Sí, y más que felicitaciones, en muchas ocasiones lo que ha habido es agradecimiento de las personas a las que he podido ayudar.

-¿Cuáles son sus objetivos para lo que resta de curso?

-Seguir trabajando con ilusión y responsabilidad y fortalecer la institución que represento, obteniendo para ella la confianza y el aprecio cada vez mayor de la comunidad universitaria. Creo que es fundamental dar a conocer la Defensoría para que ésta funcione, pues al carecer de poder ejecutivo es necesaria la colaboración de todos los implicados.