-En diciembre del 2016 fue elegido nuevo decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Córdoba. ¿Qué balance haría de su primer curso a cargo del decanato del centro?

-Uno muy positivo. Los problemas que han surgido, tanto de personal como de infraestructuras, los hemos tratado de paliar en la medida de lo posible. Se está trabajando por conseguir unas mejores infraestructuras y que las condiciones del personal y el número de este aumente. Son muchos los problemas que hay, ya que esto requiere de financiación por parte de la Junta, pero en el Rectorado están trabajando mano a mano con el Decanato para que estos temas se solucionen.

-¿A qué problemas se refiere en cuanto a las infraestructuras?

-Se están haciendo dos aulas en el sótano de la facultad para másteres, ya que este año se imparten, por vez primera, uno de Asesoría Jurídica de Empresas y un MBA. Esto supone dar cabida a esos dos nuevos programas para que se puedan impartir con cierta tranquilidad en los consiguientes años. Por otra parte, estamos pensando en la posibilidad de que en la parte principal de la facultad se pueda hacer un edifico que albergaría 9 aulas y dentro del centro abrir algún espacio para ampliar alguna de las dependencias y hacer un espacio para despachos. Además de otras muchas obras de menor envergadura con las que pienso que estaríamos bien adaptados en cuantos a espacios para un tiempo. Va más lento de lo que a mí me gustaría, pero entiendo que supone una financiación importante.

-¿Y de personal?

-Es verdad que poco a poco están viniendo profesores ayudantes, sobre todo para la rama de ADE, que pueden dotarla de una mayor estabilidad. Es un tema que no se va a solucionar en poco tiempo, pero que progresivamente se le está poniendo remedio por parte del Rectorado. Todo no es de color de rosa, claro. Aún hay mucho déficit que colmar, pero estoy satisfecho en ese sentido. Otra cosa que ha sido llevada a cabo por decanos anteriores, y que yo he seguido como decano continuista que me considero y reivindicativo, ha sido unir más al personal de la facultad. Eso se vio de forma muy clara con la concentración que convocamos el equipo decanal de la facultad con el tema de Cataluña.

-Dentro del centro, ¿se ha encontrado con otro tipo de carencias quizás menos visibles?

-Tenemos una enorme carencia, sobre todo, en el personal que atiende dos sectores que, para nosotros, son fundamentales de cara al alumnado: el sector internacional y sus becas de movilidad y el sector de prácticas. En relaciones internacionales tenemos a una persona que trabaja muy bien pero está a medio gas y no puede trabajar todas las horas que necesita esta área y su demanda. Comprendo que hay pocos recursos. Y en cuanto al sector de las prácticas, el Rectorado nos manda a un becario, siendo un asunto que debería llevarse desde Secretaría. Pero esta, al tener tantos alumnos, al menos los primeros meses, está colapsada. Así, en el Decanato nos vemos con que tiene que ser un becario el que asume lo que es la conexión de las prácticas con el alumnado, contando con la ayuda del vicedecanato y coordinadores. Somos la facultad, junto a Filosofía, que más becas de movilidad recibe y manda, además de que el 95% de nuestros alumnos solicitan prácticas. Por ello, vemos que estas dos deficiencias son tan importantes. Sé que varios centros tienen problemas parecidos, pero no es lo mismo una facultad con 400 alumnos que con 2.500, como nosotros. Otra deficiencia muy importante es nuestra biblioteca. A pesar de ser muy bonita y completa, se hizo con un problema muy importante en el techo, que es de chapa y concentra unas temperaturas muy altas en los meses de verano y a eso se suma que la mayoría de las máquinas de aire están rotas, lo que ha provocado que este verano haya sido imposible estar dentro, tanto por los alumnos como por el personal.

-¿Y algo que le haya sorprendido para bien?

-Ha sido satisfactorio que, cuando he buscado una audiencia con el rector o cualquier vicerrector he sido rápidamente atendido. Me ha sido más fácil quejarme y exponer las deficiencias y que me oigan de lo que yo hubiera pensado en un principio. Mi papel de decano reivindicativo ante los órganos de gobierno ha sido muy sencillo. Pienso seguir siendo así de reivindicativo, pero consciente de las limitaciones.

-¿Qué novedades nos vamos a encontrar para el 2017/2018?

-Además de las dos salas para los másteres que se suman a nuestra oferta académica, que también son una novedad para este curso. Hemos adaptado mejor las dependencias del Consejo de Estudiantes y estamos trabajando en el salón de actos para hacer dos aulas en la zona del gallinero y poner un mobiliario más adecuado para impartir clases y la realización de exámenes, mucho más funcional.

-¿Cómo va a afrontar este segundo curso al mando del centro?

-Espero que sea como el primero, que se consolide la oferta de másteres, que las obras pendientes en cuanto a infraestructuras lleguen a ejecutarse, al menos algunas, y de las que son de más envergadura, como el edificio anexo, que haya noticias de financiación y se materialice más. Espero que vayamos subiendo poco a poco los peldaños de esta escalera, hasta llegar arriba.