«Una universidad inclusiva es una universidad que está comprometida con la sociedad, referente de valores y progreso humano en la que se ofrece una igualdad de oportunidades a todas las personas que acceden a ella», describe el rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos. Para Rosario Mérida, vicerrectora de Vida Universitaria y Responsabilidad Social, es «aquella que no produce rechazo a quienes la conocen, aquella que es capaz de ayudar a superar los miedos e inseguridades que una persona diferente siente por el hecho de serlo». Pero, ¿qué es realmente una universidad inclusiva?

Esta es la pregunta a la que el Servicio de Atención a la Diversidad de la Universidad de Córdoba, a través de su Unidad de Educación Inclusiva (UNEI), pretende responder. Para ello, y gracias a la creación de la colección de obras Diversidad, el servicio presenta el número cero con el título Apuntes para la inclusión en la comunidad universitaria, donde se explica que una universidad inclusiva es aquella que da la bienvenida a la diversidad «como actitud y valor en alza», donde su principal foco es la atención de toda la comunidad educativa y sus diferencias.

Rocío Murillo es una estudiante del grado de Educación Primaria de la UCO y usuaria del Servicio de Transporte Adaptado. Para ella, una universidad inclusiva es «aquella que facilita el acceso a todo tipo de personas, sin discriminarlas por diferencia de género o por tener una discapacidad del tipo que sea». No duda en afirmar que la Universidad de Córdoba es un ejemplo. «En mi caso, me ha facilitado el acceso a mi formación universitaria, eliminando barreras y facilitándome un transporte adaptado para desplazarme desde mi domicilio a la facultad».

Como Rocío, Ana María Castillejo es otra alumna con discapacidad. Ella concibe la universidad como un lugar «incluyente». Para esta alumna de doctorado, en una universidad inclusiva «todos cuentan», y las diferencias «son una fuente de riqueza única, que nos ayuda a conocer el mundo en el que vivimos y mejorarlo».

Para personas como estas estudiantes existe la UNEI. La Unidad de Educación Inclusiva de la UCO tiene como misión dar servicio a las personas que componen el entorno universitario en materia de discapacidad, ofreciendo asesoramiento, orientación pedagógica, apoyos y potenciar la formación y sensibilización.

Durante el pasado curso, la UCO contó con 140 estudiantes con discapacidad. De ellos, 46 fueron atendidas por la UNEI, siendo los estudiantes del grado de Primaria los mayores demandantes de sus servicios, seguida de los de Historia del Arte y Derecho.

Para acompañarlos, esta unidad cuenta con una amplia red de voluntarios, con 16 colaboradores el curso pasado. De ellos, los grados de Primaria e Historia han sido los que más estudiantes han aportado, junto a los alumnos de la cátedra Intergeneracional. Como Heliodoro, que no dudó en unirse a este voluntariado tras su jubilación. «Se me presentó la oportunidad de acompañar a Ángel en sus clases de primero de Historia y no me lo pensé», cuenta. «Ha sido una tarea llena de frescura y rejuvenecedora. Es una persona muy auténtica y cuya sonrisa compensa con creces cualquier dificultad de comunicación». Al igual que Heliodoro acompañaba a Ángel un día a la semana a sus clases, el resto de voluntarios también cumplían con estas labores de acompañamiento de estudiantes con discapacidad física o también de tomadores de apuntes.

Un ejemplo de cooperación y solidaridad que muestra que una universidad «está formada por personas tan diversas como la sociedad misma», como opina Azahara Jiménez, una estudiante de cuarto de Primaria, mención de Educación Especial. «No podemos alcanzar nuestros sueños solos, necesitamos el apoyo y la colaboración mutua de toda la comunidad educativa para que el gran barco que forma la universidad navegue sin perder el rumbo», ya que «este es el camino en el que todos ganamos», concluye.