-Como docente en Filología Inglesa y Alemana, ¿qué importancia cree que tiene la internacionalización en la actualidad?

-Para una docente universitaria, la internacionalización es, hoy día, una pieza clave del engranaje educativo; mucho más si, como es mi caso, la investigación y la docencia se desarrollan en el área de Filología Inglesa. Mantengo una red de contactos internacionales que me permite estar al día en los avances que se producen en el sistema educativo de muchos países europeos, africanos y americanos. Visitarlos y estar en contacto con la realidad de un aula de otro país es una experiencia que, desde mi punto de vista, todo docente debería tener.

-Está vinculada a la investigación sobre la preparación intercultural del profesorado, ¿en qué consiste?

-El profesorado de Primaria (que es al que dedico la mayor parte de mi docencia) se enfrenta a un gran reto: abordar de manera coherente la educación de un alumnado cuya procedencia es cada vez más diversa. La educación intercultural es la única manera de entender la educación en el siglo XXI, un momento histórico en el que los flujos migratorios no dejan de crecer y donde encontramos una sociedad plural, cuyo mejor mecanismo para el entendimiento es la lengua. El aprendizaje de lenguas va intrínsecamente unido a la educación intercultural, ya que no se entiende una lengua sin un bagaje cultural que la respalde. Por tanto, la formación intercultural del maestro es hoy día una pieza sine qua non en el panorama educativo internacional.

-Ha participado recientemente en la Africa Climate Talk, previa a la conferencia de las Naciones Unidas, como conferenciante invitada con una ponencia sobre mujeres, desarrollo sostenible y justicia climática. ¿Cuál es el papel que cumple actualmente el desarrollo sostenible dentro del ámbito del cambio climático?

-El desarrollo sostenible de los países más desarrollados, así como los países en vías de desarrollo, se basa en la premisa de preservar los recursos naturales disponibles garantizando su conservación para generaciones futuras. Sobre esta perspectiva, las medidas que abordan la sostenibilidad en el desarrollo social e industrial preservan los recursos naturales controlando los factores que provocan el cambio climático hacia un escenario más desfavorable para el medio ambiente, sin lastrar innecesariamente el crecimiento de cada país o región implicados.

-¿Qué papel cumplen las mujeres dentro de estas políticas de desarrollo?

-El papel que desempeña la mujer en este objetivo es muy amplio y depende del entorno social de su actividad. La mujer tiene un estilo de vida absolutamente diferente al del hombre, por regla general y, aunque no es bueno generalizar, la estadística nos acompaña. La investigación ha demostrado que las mujeres somos más cuidadosas con el medio ambiente y estamos acostumbradas a una economía de supervivencia (sobre todo, en los países menos desarrollados). Si a este hecho le añadimos que la educación (formal e informal) está, en un alto porcentaje mundial, en manos femeninas (este dato cambia de país a país), tenemos la clave de la ecuación.

-¿Qué relación tienen con la justicia climática?

-La justicia climática está orientada a la contraprestación que los países más desarrollados deben aportar para que los países más desfavorecidos por el cambio climático, y que menos han contribuido al mismo, tengan facilidad de acceso a recursos y posibilidad de desarrollo en un entorno de mayor sostenibilidad y eficiencia, para la que se hace necesario el apoyo en formación, tecnología y recursos.

-¿Existe una ‘discriminación’ de la figura femenina dentro de la política internacional?

-Desde un punto de vista estructural, las diferentes organizaciones internacionales han permitido a la mujer participar en igualdad de condiciones en diferentes foros de desarrollo sostenible y cambio climático, atendiendo a su formación y preparación profesional. Como un magnífico ejemplo de ello y del momento histórico que vivimos, el viernes pasado se entregó el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional a la Convención de la ONU para el Cambio Climático y el Acuerdo de París (negociado en el COP 21), que fue recogido por dos mujeres que desempeñaron un papel esencial en él: Patricia Espinosa, actual Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y su antecesora en el cargo, Christiana Figueres. Creo que el significado tanto simbólico como mediático de este hecho es importantísimo. En una perspectiva local, son los distintos países a través de su desarrollo social, cultural y educativo los que han permitido en mayor o menor medida la participación de las mujeres en distintos foros y proyectos relacionados con energía, desarrollo, crecimiento, etcétera. Es en este segundo ámbito en el que aún queda mucho camino por andar.

-Por último, ¿cómo fue su experiencia como conferenciante en un acto de tal magnitud? ¿Es importante que existan este tipo de ponencias?

-A pesar de que ser docente universitaria conlleva la frecuente participación como ponente en conferencias internacionales, un evento de estas características impone por la repercusión mediática del acto y por la relevancia de los participantes (entre otros, consejeros de muchos países africanos que analizan y filtran la información que trasladan a sus ministerios para que estos puedan participar en el COP). Definitivamente, es crucial que existan previas a las Cumbres Internacionales porque de ellas se extraen resultados de investigación que, una vez discutidos y analizados, se trasladan (como te decía) a los ponentes de esas cumbres. Es, por así decirlo, una especie de pirámide en la que la base es de vital importancia para lo que se construye en la cima.