Carmen Jiménez Salcedo, hasta ayer defensora universitaria de la Universidad de Córdoba, presentó en el Claustro de ayer, además de la memoria anual de su actividad, su despedida como representante de esta figura de defensa y apoyo para la comunidad universitaria. «Mi gestión como defensora finaliza definitivamente con este informe, en tanto que he cumplido el tiempo máximo previsto estatutariamente para el ejercicio de esta función», comentaba Carmen Jiménez ayer ante el Claustro.

La hasta entonces defensora, aprovechó la ocasión de su despedida para dejar clara su postura sobre la realización de esta memoria anual. «La propia forma de trabajar de esta institución determina que, durante todo el curso académico, la comunidad universitaria no sepa cuál es el trabajo que se está realizando», este tan solo es conocido por las personas que se han visto involucradas en los asuntos que les afectan.

Ante ello, Carmen Jiménez destacó la actuación de otras defensorías de otras universidades del país que, «con el fin de tener una presencia constante en la comunidad universitaria», han optado por ir haciendo pública su gestión, exponiendo en sus páginas webs sus recomendaciones referidos a los casos planteados, «aligerando así mucho el trabajo que se presenta ante el Claustro y la comunidad universitaria». Por ello, destacó que «quizá los nuevos aires de transparencia lleven a una universidad transparente como la nuestra a replantear en un futuro la forma de dar a conocer el trabajo realizado». Bien «a modo de chaparrón de información final, como hasta hoy», o «gota a gota, al ritmo que marquen los acontecimientos y la propia complejidad de los problemas», abogando por la «prudencia y discreción en asuntos tan sensibles como estos». A. M.