Blanca Rodríguez, estudiante de cuarto del doble grado de Derecho y Administración de empresas de la Universidad de Córdoba, se ha alzado con el premio como mejor jurista universitaria de la tercera edición de la liga de debate jurídico organizada por la Fundación española de Debate Jurídico. Con tan solo un año de experiencia en el mundo de los debates, Blanca cuenta cómo es su experiencia como estudiante, oradora y mejor jurista universitaria del 2017.

-¿Cuándo empezó en el mundo del debate?

-Mi andadura en el debate comenzó en el curso 2016/2017, mientras cursaba tercero de carrera. Fue mi querido amigo y antiguo presidente de la asociación, José María Ruz, el que hizo que aumentara aún más mi curiosidad

-¿Por qué decidió meterse en ese mundillo?

-Todo comenzó como un hobby, una actividad más para desconectar del estudio. La asignatura Oratoria y fuentes de información jurídica me llamó bastante la atención, ya que dedicar todo un cuatrimestre al desarrollo de competencias para hablar en público me parecía una brillante idea. Incluso me parece poco tiempo. El tema de defender una premisa razonadamente, la mejora en la forma y el fondo a la hora de expresar una idea, así como el saber improvisar, eran y son tres de las muchas destrezas que se desarrollan con la oratoria. Por eso, el año pasado, cuando tuve la oportunidad de entrar en la asociación Dilema no lo pensé dos veces y, sacando tiempo de donde a veces no lo había, intenté ir a la mayoría de formaciones que se impartían.

-¿Qué supone para usted ser la mejor jurista universitaria de la tercera liga de debate?

-Ha sido gran logro, el cual ha hecho que aumenten mis ganas por acabar la etapa universitaria y dedicarme a lo que realmente me gustaría: judicatura. Afirmo, una vez más, que estoy en la carrera adecuada y que no me arrepiento de haber dedicado tantas horas de estudio. Todo esfuerzo tiene su recompensa.

-¿Qué es para usted debatir?

-Para mí, debatir es pensar y sentir con palabras. Como dice el refrán «las palabras se las lleva el viento», pero aquí no cabe porque realmente sientes lo que dices, te convence... Y eso siempre pesa más. Debatir es reunirme cada miércoles con mis compañeros. Es disfrutar defendiendo algo con una sonrisa en la cara. Es sinónimo de aprender, de afán de superación. Debatir es una de mis vías de escape favoritas, una forma de evadirme de la realidad y los problemas del día a día.

-¿Cree que le ayudará de cara a su futuro profesional?

-Por supuesto, lo creo y lo afirmo fehacientemente. El debate debería de fomentarse en la mayoría de grados, pero más aún en aquellos cuya salida profesional sea cara al público, como por ejemplo la abogacía. El debate a pesar de ser algo común, sigue siendo desconocido para algunos. Poco a poco se está haciendo un hueco en nuestra sociedad y, a pesar de ser uno de los pilares fundamentales de la misma, no se está desarrollando lo suficiente.