Carmen Mingorance Gosálvez es doctora en Derecho de la Universidad de Córdoba, además de profesora titular de Derecho Civil y acreditada al cuerpo de catedráticos de la universidad desde junio del año 2016. Carmen ha impartido clases en la UCO durante casi veinte años, desde 1998, teniendo experiencia docente también en diversas universidades extranjeras de Italia, Francia y Portugal. Por otro lado, es autora de diversas publicaciones que tratan sobre varios campos jurídicos, entre los que cabe destacar los ámbitos en materia de Derecho de la Persona, Derecho de los Consumidores, así como Derecho de Familia y de Sucesiones, entre otros. Así mismo, ha participado en diversos proyectos de investigación en materias relacionadas con la protección de la tercera edad, personas con discapacidad y consumidores. En su trayectoria profesional también destaca el haber sido vicedecana de Ordenación Académica de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y empresariales, además de ser, desde la semana pasada, la nueva defensora universitaria de la Universidad de Córdoba.

-¿Por qué decidió ser defensora universitaria?

-Es una función de gran valor y compromiso y creo que toda persona universitaria lo considera un honor. La Defensoría tiene la función de velar por el respeto de los derechos de todos los universitarios y además de ser una tarea enriquecedora, venía en un momento personal y profesional adecuado. He aceptado el reto. Estatutariamente se elige por el Claustro a propuesta del rector, y mostré mi disponibilidad.

-¿De qué manera afronta su mandato?

-Con ilusión pero a la vez con la incertidumbre propia de quien inicia una labor distinta a la docencia y a la investigación, que llevo desarrollando desde que inicié mi carrera académica.

-¿Qué objetivos o metas se ha propuesto conseguir en su período de defensora?

-Asumiré las funciones de defensora universitaria con el objetivo de velar, con independencia y transparencia, por una buena convivencia en el ámbito universitario y contribuir a mejorar la calidad universitaria en todas sus vertientes.

-¿Qué papel ve imprescindible para poder desempeñar la labor de ser defensor universitario?

-Si se refiere a la función primordial de la institución de la Defensoría Universitaria, creo que el papel de mediador es el más importante. La mediación se ha convertido en un instrumento útil para la solución de conflictos, muchas veces la postura de las partes está más cerca de lo que pensamos y es necesario trabajar para acercar esas posturas y evitar que un pequeño problema se convierta en un motivo de controversia. No obstante, si a lo que se refiere es a las cualidades que debe tener una defensora universitaria, considero básica la empatía, y saber escuchar para ello. Creo que son las facultades necesarias para poder ejercer la función.

-¿Qué novedades va a o le gustaría introducir en la Defensoría universitaria, estando usted a la cabeza de esta?

-Mi predecesora ha realizado una función extraordinaria durante estos años y la institución está bastante consolidada en la Universidad de Córdoba. En la medida en que vaya conociendo los asuntos que se planteen, intentaré implementar mi visión con el ánimo de adaptarlo a mi impronta, así como que trataré de identificar todas posibles novedades que redunden en beneficio de todos.

-El mismo día que usted era nombrada como nueva defensora universitaria de la UCO, su predecesora en el puesto, Carmen Jiménez, presentó la memoria anual de actuación, en la que se exponía que la mayoría de intervenciones eran sobre quejas, y la mayoría de estas eran en relación con la gestiones de las secretarías de los centros. ¿Qué opina de estos datos?

-Si se observan los datos, el número de quejas es mínimo para una comunidad de casi veinte mil personas. Las mediaciones, como he dicho anteriormente, son los asuntos más laboriosos y a veces de más calado, y los que más tiempo requieren. En cualquier caso, la memoria de la anterior defensora me parece un fiel reflejo de su eficaz gestión al frente de la institución. No es tan importante el número de quejas ni el ámbito a que se refieran sino el que queden solucionadas favorablemente.

-¿Cómo definiría la línea de trabajo que va a seguir usted, juntos a su equipo, durante el período que dure su mandato?

-Trabajaremos dando a conocer la institución al colectivo universitario, incidiendo fundamentalmente en los alumnos de nuevo ingreso, para que conozcan su existencia. Es fundamental dar a conocer la Defensoría para que esta funcione, pues al carecer de poder ejecutivo es necesaria la colaboración de todos los implicados.

-¿Qué pueden esperar los alumnos, el personal docente y el personal de administración y servicios de la Universidad de Córdoba de Carmen Mingorance, la nueva defensora?

-Me he fijado como objetivo hacer de la oficina un lugar abierto y fácilmente accesible para todos, procurando generar confianza en quien acude a nosotros demandando consejo o ayuda. Contribuir a la mejora de la calidad del servicio público de la Universidad es mi prioridad.