Nacido el Lecce (Italia) hace 31 años, licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Málaga y formado en el seminario de Ucopoética, Ángelo Néstore es el ganador del Premio Hiperión 2017 de poesía por su obra Actos impuros.

-¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo de la poesía?

-Me fui con 18 años a Bolonia para estudiar Traducción e Interpretación y un año después me vine a Andalucía de Erasmus, con el español como segundo idioma. Todo fue de casualidad, pero me enamoré del idioma y me quedé. Hice mi posgrado y un doctorado en la Universidad de Málaga, pero la poesía, en concreto, no la probé hasta los 25 años, porque no conocía apenas el idioma. Después de aprenderlo empecé a leer mucho y con esa edad traduje un poemario de una autora malagueña, y fue entonces cuando me picaron las ganas de escribir. Los traductores, cuando traducimos un libro, nos convertimos en el autor, interpretamos un papel, y yo me convertí en la poeta y sentí esa necesidad de escribir. Decidí seguir depurando mi voz hasta encontrar mi propio estilo.

-¿Cómo conoció Ucopoética?

-Me cambió la vida a nivel poético. Fue a través de las redes sociales lo que me llamó la atención. Participé el último día y por audio, ya que me daba menos miedo que el escrito. Me daba mucho respeto la escritura, sobre todo siendo extranjero. Al final, tuve la suerte de que me seleccionaran y que pudiera participar en su seminario de formación. Estoy seguro que sin él no hubiera encontrado mi voz tan rápidamente. Lo bueno es que aun no ha acabado. Para mí, sigue. Aún tengo contacto con el profesor Javier Fernández, que me sigue ayudando. De hecho, Actos impuros no existiría sin su ayuda.

-¿Cómo definiría “su voz”?

-No me gusta encasillarme. Va por rachas. Suelo escribir desde la rabia o desde lo descorazonador, notándose mucho en la forma. Uso metáforas, una lengua más surrealista e imágenes elaboradas. Con Actos impuros llevo esta misma crítica de una forma más seca y más fría, aparentemente.

-¿Qué significa Córdoba para usted?

-Asocio Córdoba con la familia. No solo tuve la suerte de encontrar este seminario, si no a unos compañeros de vida, a un docente que fue quien cambio mi vida poética y que me hizo ver las cosas desde otra perspectiva e ir hacia mi camino.

-¿Porqué cree que ‘Actos impuros’ ha ganado este premio?

-Cuando me llamaron no me lo creía. Trato una temática de la que no se habla mucho en poesía actualmente. Es algo distinto y ha destacado por eso. Un premio no es tan importante, claro que no me da igual, me hace mucha ilusión, pero me hace aun más ilusión que sirva para dar voz a muchos discursos importantes y ser yo su portavoz. También te da la oportunidad de reflexionar sobre tus proyectos y a pensar en las personas que te han apoyado. Crea un halo sobre ti que te ayuda a sentirte mejor.

-¿Qué ha aportado a su vida la poesía?

-Era algo que necesitaba. Me viene por vocación. A pesar de ser extranjero y no dominar la lengua era algo que tenía que hacer. Mi forma es la poesía, ya que su ventaja es la inmediatez y la capacidad de condensar un lenguaje sintético en piezas cortas, trabajando en otro plano más superficial. Me permite poder reflexionar sobre ciertos temas de una manera más inminente porque, desgraciadamente, somos seres multitarea y muchas veces no tenemos tiempo de leer un libro completo de narrativa. Y creo que la poesía tiene esta ventaja, jugar con un lenguaje en piezas más cortas. También puede que sea la razón de por qué puedo escribir poesía, con ella manejo menos texto y me resulta menos complicado. Para mí sería imposible escribir una novela.