Cada último domingo del mes de septiembre se celebra en la localidad malagueña de Almogía, en la comarca del Guadalhorce, el Día de la Almendra, una cita que busca promocionar los productos autóctonos de la tierra y dar a conocer las tradiciones que rodean el cultivo y el procesamiento de la almendra, la estrella de su mesa. Esta localidad del Valle del Guadalhorce, situada al norte de la provincia de Málaga, está poblada de olivos, pinos y almendros, por eso su economía se basa en la agricultura, especialmente en la explotación del último de ellos. Así, no es de extrañar que se dedique toda una jornada a conocer el proceso que va desde el cultivo de la almendra hasta su comercialización. Además, los asistentes podrán disfrutar de las escenificaciones de oficios artesanales como el de talabartero y pleita, además del descapotado, partido y repelado de las almendras.

En el evento, que se celebra el 24 de septiembre y que cumple su 13ª edición, participan más de cincuenta expositores de empresas de la comarca. El programa de actos incluye degustaciones de chanfaina, almendrado, postres a base de almendra, vino moscatel, etcétera. Además, se puede presenciar la actuación de una panda de verdiales que, como no podía ser de otro modo, tocan estilo Almogía, que se caracterizan por ser más rápidos y vivaces que los de los Montes o los de Comares. Otra de las actuaciones más exitosas de este gran día es la del Coro Rociero Nuestra Señora de la Asunción que, como la panda de verdiales, amenizará a los asistentes con sus cantos. Los pequeños también tienen un lugar en este Día de la Almendra con el desarrollo de talleres de animación orientados a estas edades tempranas.

Esta fiesta está declarada de Singularidad Turística por la Diputación de Málaga y es una jornada de celebración en el pueblo, donde acuden tanto los vecinos como visitantes de otros municipios de la provincia de Málaga e incluso de otras provincias andaluzas.

Almogía es un pueblo rico en huellas históricas, desde la antigua fortaleza árabe de la que hoy queda en pie la Torre de la Vela, hasta el Castillo de Santi Petri, del siglo X, en tiempos baluarte defensivo de Bobastro. También es conocido por la iglesia de la Asunción y el artesonado mudéjar que recubre su nave central, y las ermitas del Sagrado Corazón y de las Tres Cruces.