No puedo explicarlo bien. La sensación que tuve, jamás me había ocurrido antes. Estaba tumbado, intentando coger el sueño; cuando de pronto, una fuerza indescriptible tiraba de mí, con la impotencia de no poder hacer nada. Haciendo levitar unos metros, una inverosímil imagen de mí cuerpo, desde la cómoda posición en la que me encontraba. Claro, se puede pensar que son jugarretas del subconsciente; que ese día tocaba experimentar un programado ensayo de despegue. No creo que estuviese en ninguna fase REM conocida del sueño, porque la claridad con la que vi el espectro de mi cuerpo flotar, no la recuerdo desde nunca, en ese fiel tercio de mi vida en el que lo llevo practicando. Ahora empiezan las preguntas del motivo por el cual, una parte de ti se va y la otra se convierte en fiel espectador de la huida de tu otro yo.