Queda al descubierto, con la imagen desgarradora del niño aparecido muerto en la playa, la falsedad en la que está cimentada esta maloliente sociedad, hipócrita y corrupta. “Generalizar es poco prudente en la toma de decisiones” dirían los más políticamente correctos. Esto es sangrante y desgarrador, les diría yo. Publicar la imagen en los medios de comunicación, de ese pequeñín ahogado, es valiente, y deja con el culo al aire, la falsa manipulación que esconden los instalados y dañinos dogmas inventados por las personas. Que no son, ni más ni menos, que la columna vertebral donde se apoyan estos tiranos, para manejar al obediente rebaño. Los trogloditas que manejan los hilos de la soberbia y el crimen mundial, seguirán matando y usurpando derechos, en nombre de quien haga falta. Y no les dolerán prendas. Por desgracia.