Ganado: toros de Victoriano del Río, sobrero de uno de Zalduendo, Garcigrande, Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río, Jandilla y Domingo Hernández, de diferente comportamiento.

José Antonio 'Morante de la Puebla': ovación tras aviso, silencio y ovación.

Julián López 'El Juli': ovación, silencio y ovación tras aviso.

Plaza: La Malagueta. Lleno de "no hay billetes".

Lleno ayer tarde para disfrutar de un esperado mano a mano entre dos grandes figuras del toreo como son José Antonio Morante de la Puebla y Julián López El Juli. Dos de los grandes ausentes de la temporada en Sevilla se marchaban en una fecha mítica como es la del Domingo de Resurrección a la capital de la Costa del Sol para protagonizar un festejo que pretendía homenajear a Joselito El Gallo y Juan Belmonte, en el primer centenario del primer mano a mano de estos dos legendarios diestros, celebrado en este mismo coso.

Como en aquella tarde del 28 de febrero de 1914, al festejo se le quiso dar un carácter de acontecimiento, con actividades promocionales protagonizadas por los propios diestros, y con la llegada al coso en vehículos Ford A, el mismo modelo que hace un siglo trasladó a los toreros para hacer el paseíllo.

A la hora del comienzo del espectáculo, con el clásico pasodoble Pan y Toros, Morante y El Juli lucieron capotes de paseo que en su día pertenecieron a los diestros homenajeados, y que en la actualidad forman parte de los fondos de la Colección Juan Barco, que en breve conformarán el Centro de Arte de la Tauromaquia de Málaga.

Sólo la lluvia parecía que pretendía deslucir el festejo, para el que se seleccionaron cuidadosamente los astados de diferentes ganaderías. Sin embargo, el agua apenas molestó en el transcurso del festejo, y el juego de los toros brilló por su ausencia.

Saltó el primer toro de la tarde, de Zalduendo, que le correspondía a Morante, y que volvió a los corrales por invalidez en sus cuartos delanteros. En su lugar salió un sobrero de Victoriano del Río ante el que el diestro se lució con dos chicuelinas, tres verónicas y la media. Luego, con la muleta, en medio de un chaparrón, el diestro se mostró muy templado ante un astado con muy poco recorrido. Bien colocado y arrebatado, ofreció los naturales más bellos y profundos en un trasteo mal rubricado con los aceros.

También lució El Juli en el primero de su lote, con el que se mostró variado con el capote, y al que inició su faena con las zapatillas plantadas en el albero. El madrileño lo llevó largo, tapándole la salida para evitar que se rajara y exprimiendo sus embestidas por el pitón derecho sin enmendarse nunca. Tampoco pudo rubricar su labor con el estoque, lo que le privó de haber podido tocar pelo.

Tras dos interesantes faenas, la tarde se vino abajo en el tercero, aunque los espadas se esforzaron en mantener el listón con sus duelos en quites. El toro de Juan Pedro Domecq llegó muy castigado a la muleta y tras una bella trincherilla se acabó su labor, por lo que Morante decidió abreviar. Tampoco el cuarto permitió el lucimiento de El Juli. El astado de Victoriano del Río resultó muy rajado y terminó huyendo de los engaños que le presentaba el matador, que mostró su enfado por no poder sacar el lucimiento deseado del burel.

FINAL SIN EMOCION Ya en la recta final del festejo, Morante brindó al público un toro de Jandilla a contra estilo del de La Puebla del Río. No obstante, el matador le plantó la muleta y logró unos meritorios muletazos en los chiqueros. Fue una labor importante en tablas ante un oponente que nunca se entregó y ante el que nuevamente se erró estrepitosamente al entrar a matar.

Para terminar, e intentando levantar una tarde de la que se esperaba mucho, El Juli recibió a portagayola a un toro de Domingo Hernández que tampoco facilitó el triunfo. El diestro estuvo muy por encima de su oponente, y lo fue metiendo en el engaño bajándole la mano hasta el límite en un trasteo que fue a más, sobre todo por el pitón derecho, y que terminó con el astado repitiendo con insistencia en los medios. El Juli falló con la espadas y la tarde concluyó de vacío para los dos matadores.