Padilla no tardó en calentar la tarde al cortar una oreja al toro que abrió plaza, un noble y blando ejemplar de Fuente Ymbro al que el jerezano, todo entrega, llevó a cabo una faena muy comunicativa con los tendidos en la que no faltaron rodillazos, pares de banderillas de todo tipo y numerosos alardes de cara a la galería. Y otra oreja más paseó Padilla del cuarto merced a otra faena de igual guisa que la anterior, es decir, argumentada en los efectos especiales, en el tesón y en la entrega más absoluta del Ciclón de Jerez. Le pidieron, incluso, la segunda oreja, mas el presidente optó en dejar el premio en singular.

El Fandi puso los tendidos en ebullición en dos primeros tercios de alto voltaje. Gustó el granadino en un vistoso quite por zapopinas y, sobre todo, en un vibrante tercio de banderillas. Faltó contundencia con los acero. El quinto se rajó enseguida, y El Fandi, que lo intentó de todas las formas posible, no pudo lucirse más que en la soberbia estocada.

Al local Vicente Soler le tocó bailar con la más fea al sortear un primer toro casi desfondado de salida, aunque le cortó una oreja. El sexto fue un toro mucho más manejable y aquí se vio a otro Soler. La estocada al primer envite y el calor de sus paisanos fueron fundamentales para la oreja.