Sobre su primer oponente, Enrique Ponce se lamentó, ya que «se hizo daño al salir, en tablas. No era que tuviera poca fuerza, sino que se lastimó y se descoordinó». Sobre el segundo, al que cortó una oreja, el de Chiva aseguró que «ya en el capote vi que iba por el izquierdo, por el derecho no, porque dejaba la muleta enganchada». En todo caso, Ponce aseguró que «me he sentido mucho más a gusto y lo he toreado con el alma en cada muletazo que le he dado», ya que «ha habido momentos que son los que sueño en el toreo», por lo que se mostró «satisfecho». «No sólo con la muleta, le he acompañado con la cintura y con el alma», finalizó el torero de Chiva.

Ginés Marín cortó una oreja del tercero. MIGUEL ÁNGEL SALAS

Gines Marín: «Poco más le podía hacer a los toros»

Ginés Marín se mostró, por su parte, algo contrariado, ya que el ganado que le tocó en suerte no terminó de convencerle. «En mi segundo todo lo he tenido que hacer yo, porque no tenía continuidad y sólo puede hacerme con él por el izquierdo». Además, recordó que «se me paró muy pronto». Sin embargo, se mostró algo más contento con el primero de su lote, al que cortó una oreja. «Me ha gustado lo que le he hecho con la izquierda, aunque también se fue apagando». De ahí que finalizara con esa tanda de bernardinas «porque venía con mucha ilusión a Córdoba, pero poco más podía hacer con los dos toros que me han tocado».