El diestro Enrique Ponce fue ayer el triunfador de la segunda corrida de la feria de Murcia, en la que cortó los máximos trofeos a un gran toro de Luis Algarra para el que incluso se llegó a pedir el indulto.

La faena, que quedará en la historia como una de las mejores que ha protagonizado Ponce en el coso de La Condomina -en el que lleva contabilizados cuatro indultos- fue la realizada al segundo de su lote, un toro noble y repetidor que no veía otra cosa que la muleta que le ofrecía el diestro.El astado, de nombre Triguero, hizo el avión y dejó que el torero de Chiva (Valencia) ejecutara un toreo elegante, templado y artista, en lo que ha constituido una lección de torería. La lidia la remató el matador con un gran espadazo que hizo que el cornúpeta doblara sobre el albero sin puntilla.

Muy entregado todo el festejo estuvo El Juli, aunque con una suerte desigual en sus dos oponentes porque su primero, que salió suelto de toriles pero que luego sirvió en la muleta, le dio opciones de triunfo, si bien su segundo, pobre de cara y de peor condición que el anterior, no le permitió el triunfo que el diestro esperaba al tener ya entreabierta la puerta grande.

Faena vibrante y con mucha transición a los tendidos la realizada por Cayetano en el que hizo el tercero, que levantó a la concurrencia de los asientos con el saludo capotero a base de dos largos de rodillas seguidos de verónicas y de media igualmente de rodillas. También se lució en un quinto por tafalleras y revolera al viento para con la muleta realizar una gran faena siempre muy dispuesto y entregado, que culminó con cuatro molinetes cerrados con el pase de pecho.

En el que cerraba plaza lo intentó de nuevo, pero tuvo que abreviar al ver que las posibilidades de sacar partido del mismo constituía una empresa imposible. Entre los subalternos sobresalieron el banderillero de la cuadrilla del Juli, José María Soler, en el segundo de la tarde, y los banderilleros Iván García y Alberto Fayas, de la cuadrilla de Cayetano en el tercero.