Hubo que esperar al sexto toro para que Fortes diera una gran, pero breve, lección de toreo al natural, con temple y bajando la mano, ante un animal que se vino a menos demasiado pronto y que dejó con la miel en los labios tanto al diestro como al público asistente.

El malagueño había comenzado la faena con un inverosímil muletazo cambiado por la espalda citando de rodillas en el que resultó arrollado. Aun así, siguió toreando de hinojos sobre la mano derecha y remató con un cambio de mano que puso en pie al público de La Malagueta.

Muy firme y muy templado estuvo Fortes ante el toro más manejable de la tarde, que, aunque fue muy protestado durante el tercio de banderillas, le permitió seguir enseñando la clase y la pureza de su toreo.

Su primero, al que recibió con una larga cambiada, sólo le permitió lucirse con el capote en un bonito quite por verónicas. Después planteó una faena de mucha firmeza y exposición, hasta que también fue arrollado en el remate de faena por bernadinas, además de sufrir un corte en la comisura de la boca en el tercer intento de entrar a matar.

La actuación del rejoneador Diego Ventura con el primero de la corrida fue muy completa. El toro tuvo temple y el sevillano se lució con él montando a Nazarí, tanto al clavar banderillas como al llevarlo toreado con la grupa por todo el anillo.

Ya con su segundo, Ventura formó un auténtico alboroto sobre Sueño toreando de costado al hilo de tablas y metiéndose por dentro para invertir el sentido de la marcha hasta en dos ocasiones. Con ese caballo puso también dos banderillas con unos quiebros muy ajustados, para rematar con tres cortas al violín. Perdió trofeos al fallar con el rejón de muerte

Ferrera lidió en primer lugar un toro que embestía con los pechos en el recibo de capote y que no se lo puso fácil con las banderillas, al apretar hacia los terrenos de adentro. Tampoco tuvo suerte con el quinto, un animal muy parado al que tuvo que hacerle todo con temple.