Los diestros José María Manzanares y Alberto López Simón cortaron tres orejas cada uno y salieron a hombros en el último festejo de la feria de Hogueras de Alicante, en el que Enrique Ponce sumó, asimismo, un apéndice con una desigual corrida de Juan Pedro Domecq.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Juan Pedro Domecq, desigualmente presentados y de juego también variado. Los mejores, quinto y sexto. El resto adolecieron de pocas fuerzas y escasez de raza.
Enrique Ponce, ovación y oreja.
José María Manzanares, oreja y dos orejas.
Alberto López Simón, oreja y dos orejas.
La plaza rozó el lleno en los tendidos en tarde calurosa.
Enrique Ponce sorteó el peor lote en conjunto. Su primero, muy descastado, no le permitió pasar de los detalles sueltos en una faena que no adquirió redondez por falta de antagonista.
El cuarto tampoco fue oponente propicio, pero aquí pudo más la ciencia del maestro de Chiva para inventarse una faena por la que pocos apostaban. Toreo espléndido en lo fundamental, poncinas incluidas, y la plaza en pie. Cortó una oreja de ley.
Manzanares dejó su sello en su primero, toro muy justito de todo y al que diseñó una bella faena, que, sin ser rotunda, contó con momentos de mucho empaque y elegancia. Cortó una oreja.
Pero lo mejor estaría por llegar. Fue el quinto, donde el alicantino estuvo simplemente espléndido. El toro, de gran calidad, le permitió exhibir su tauromaquia de gusto, sentimiento y apostura, de mucho temple, sabor y encaje. Gran faena de Manzanares premiada con las dos orejas.
López Simón, sumido en un momento un tanto dubitativo, sin embargo, emergió hoy en Alicante. Su primero fue un toro que se "dejó" sin más, y el madrileño anduvo entonado en una labor comunicativa y bien acogida por los tendidos, que le premiaron con una oreja.
Mejor todavía anduvo en el buen sexto, en el que se deleitó toreando para alegría de unos tendidos que vibraron también con su toreo relajado, templado y ligado. Buena dimensión del joven torero de Barajas que, tras una certera estocada, cortó las dos orejas.
