Manolete ha vuelto a ser protagonista hoy en Las Ventas en una mesa redonda en la que, bajo el título Manolete, el hombre y su tiempo, se ha tratado del torero cordobés enmarcado en la época que vivió, la posguerra, de su entorno familiar, así como de la huella que dejó en la tauromaquia.

El cineasta Agustín Díaz Yanes, los matadores de toros José María Montilla y Agustín Parra, Parrita, y el historiador Fernando González Viñas han sido los protagonistas de este último coloquio homenaje a Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete, y que ha sido moderado por el periodista Paco Aguado.

El torero cordobés José María Montilla ha confesado que tanto él como todos los toreros de Córdoba que han surgido tras su muerte han estado imbuidos por "su filosofía de comportamiento y la gran ética que siempre demostró como torero y como persona".

"Un hombre único, símbolo de una España derruida por la guerra y un icono inigualable en nuestra tierra. Tanto es así que 100 años después todavía sigue vivo para los cordobeses por lo que representaba, la honradez total, y, a título personal, el mejor torero que ha habido con la espada y manejando la mano izquierda", ha confesado Montilla.

El también matador de toros y sobrino nieto de Manolete, Agustín Parra, Parrita, ha hablado de Manolete en su ámbito familiar y ha relatado cómo educó taurinamente a su padre, torero del mismo nombre y que fue figura del toreo en los 40 y en los 50.

"Tenía una filosofía única, atípica y, sobre todo, muy estricta, de ahí que fuera muy difícil de seguir. Pero a mi padre le sirvió mucho para llegar a lo más alto. Pero también esa seña de identidad propia es lo que ha hecho que el toreo actual esté, asimismo, marcado por el sello que dejó en vida", ha asegurado.

Díaz Yanes, por su parte, tiene referencias directas de Manolete a través de su padre, el que fuera figura de los banderilleros Agustín Díaz, Michelín.

"Manolete tenía un gran poder de seducción más allá de su toreo y que se transfiguraba en el ruedo haciendo valer perfectamente aquello que dijo el filósofo Víctor Gómez Pin de que el toreo es la escuela más sobria de vida", ha afirmado.

Como cineasta, ha asegurado también Díaz Llanes, Manolete era un personaje "con una gran fotogenia, casi etéreo, con una personalidad tan inigualable que intentar hacer una película sobre él resultaría imposible".

Fernando González Viñas, doctor en Historia, traductor y escritor, además de comisario de los actos conmemorativos que se están celebrando en Córdoba bajo el título "Manolete, 100 años vivo", ha situado al cordobés dentro de su contexto histórico, en la posguerra, y lo ha definido como "un personaje que ayudó moralmente a lo españoles a superar los tiempos difíciles",

Y ha concluido haciendo una alusión al anarquista Bakunin al remarcar que Manolete "sufrió también su condición de modelo social, es decir, que el héroe tiene que morir al día siguiente de la victoria".