Ganado: Se han lidiado seis toros de Miura, correctos de presentación y faltos de fuerzas en general. El primero flojo, el segundo noblón, el tercero y cuarto inválidos, y el quinto y sexto descastados.

Antonio Ferrera: tres pinchazos y estocada (silencio), estocada (ovación), estocada (silencio), pinchazo y estocada corta (silencio), estocada caída (silencio) y cuatro pinchazos y estocada trasera (palmas).

La plaza: dos tercios de entrada en tarde agradable.

El mal juego de las reses de la legendaria ganadería sevillana de Miura en la tercera de abono de la Feria de Málaga (sur) redujo el balance de la encerrona del diestro extremeño Antonio Ferrera a cuatro silencios, una ovación tras petición, y palmas de despedida. El pobre juego de las reses de la ganadería de Miura condicionó la encerrona del diestro extremeño Antonio Ferrera en la Feria de Málaga. Había muchas esperanzas puestas en esta corrida, llamada a convertirse en histórica, pero la flojedad de las reses que saltaron al albero de La Malagueta llevaron al traste todas las ilusiones generadas.

Pese a estar bien presentadas, las reses llegadas desde la finca Zahariche, en Lora del Río (Sevilla), acusaron una tras otra una alarmante falta de fuerza, fundamentalmente en los cuartos traseros. Esta circunstancia fue determinante para que los momentos de brillantez quedaran limitados a instantes muy limitados de la lidia.

No obstante, Antonio Ferrera lo puso todo de su parte para lograr el triunfo, tal y como quedó patente desde que saltara el primero de la tarde, un astado tan noble como inválido que no tenía fuerzas ni para defenderse. Ha banderilleado con solvencia, ha estado técnicamente correcto ante un toro protestón, pero el lucimiento ha sido imposible. Poco acertado con los aceros.

Más certero se mostraba en el segundo, un toro en el que se le ha solicitado una oreja que el palco no ha concedido. En el tercero se volvía a las andadas. En este caso, compartió tercio de banderillas con los subalternos David Adalid y Fernando Sánchez, habitualmente en la cuadrilla de Javier Castaño, brillando los tres a gran altura; aunque nuevamente el burel echaba por tierra todo el empeño del diestro. Tras brindar al matador de toros murciano Rafaelillo, bastante tuvo con mantener en pie a un inválido al que ha estoqueado con solvencia.

Nuevamente ha pareado acompañado de subalternos que le acompañaban en esta tarde tan especial al cuarto. En este caso, Javier Ambel y Jaime Padilla han puesto prólogo a una faena en la que el miura hizo lo mismo que había hecho con los capotes, buscar las vueltas y no tragarse ni un pase por el pitón derecho.

Por instantes parecía que el quinto podía levantar la tarde, pero fue un espejismo. Ferrera lo recibió con una larga cambiada y por primera vez en la encerrona pudo estirarse con el capote. El sexto y último tampoco mejoró el sabor que dejaba la tarde, a pesar de que Ferrera peleó por ella hasta el final. Las palmas del final le sirvieron de consuelo.