Curro Díaz abrió la puerta grande en Almendralejo, tras cortar cuatro orejas a dos toros muy manejables de Las Monjas, informa Efe. El de Linares toreó con gusto con capote y muleta, aunque ante el quinto, al que se le dio la vuelta al ruedo, a todas luces improcedente, adoleció de falta de ajuste.

Finito de Córdoba lució ante su primero y sus dos faenas tuvieron detalles. Emilio de Justo completaba la terna y debido al mal uso de la espada ante el tercero, y por lo rajado del sexto, se fue de vacío.

Curro Díaz paseó cuatro apéndices, tal vez excesivos. El de Linares se lució a la verónica ante sus dos toros. Toreo el suyo de mucha expresión en el lance fundamental del toreo de capote. Tuvo más poso su faena al primero, vertical el diestro, muleta grande, series de mucho gusto, mano baja y hombros caídos. Ante el quinto, feo pero muy boyante, hubo poco ajuste, pero también paseó las dos orejas.

Finito de Córdoba va a su aire. En esta fase de su larga carrera no hace de la ligazón valor supremo, y busca más la perfección del pase, aunque estos lo sean de uno en uno. Sus dos faenas tuvieron detalles, y fue mejor la que le hizo al toro que abrió el festejo. Fue un trasteo en el que primó la suavidad y la torería, dando tiempos entre pases y entre series. Pero tardó en cuadrar el animal, y aunque hubo fuerte petición, el presidente creyó que no era mayoritaria. Lo mejor ante el cuarto fueron las verónicas de recibo y el comienzo de faena, sujetando por abajo a un animal que se quería ir. Pero Finito no se encontró con la muleta, y menos con la espada.