Ganado: Se han lidiado toros de las ganaderías de El Pilar, aplaudido en el arrastre; Puerto de San Lorenzo, ovacionado; Carmen Lorenzo, pitado; Carlos Charro, pitado; Pedraza de Yeltes, vuelta al ruedo y Adelaida Rodríguez, aplaudido.

Antonio Ferrera: división y palmas.

Javier Castaño: oreja y dos orejas

Eduardo Gallo: ovación y dos orejas.

La plaza: La plaza de La Glorieta ha premiado a Tito Sandoval, como mejor picador, y a los toros de Puerto de San Lorenzo y Pedraza de Yeltes.

Los matadores salmantinos Javier Castaño y Eduardo Gallo salieron en la tarde de ayer a hombros de la plaza en la segunda corrida de la Feria de Salamanca, en un festejo donde el juego de los toros fue el factor más determinante del éxito de los dos diestros salmantinos.

El diestro Antonio Ferrera, en su primero, estuvo bien con el capote y ovacionado en banderillas, y no supo aprovechar las condiciones del toro, al que le realizó una faena a base de derechazos que remató de una buena estocada, recibiendo por parte de la plaza pitos y aplausos al saludar, mientras que su enemigo fue ovacionado en el arrastre.

La faena a su segundo enemigo fue deslucida, aunque a base de tesón el diestro consiguió sacarle algunas series que no calaron en los tendidos, matándolo con facilidad, lo que el público agradeció con aplausos y pitos al animal en el arrastre.

En su primero, el diestro Javier Castaño, tras un brillante quite del matador Eduardo Gallo, que recibió un revolcón sin importancia, y un extraordinario tercio de banderillas, realizó una gran faena entre ovaciones, aprovechando la buena embestida del animal que terminó rematando con unos ayudados por bajo que precedieron a un pinchazo y estocada, lo que le supuso la primera oreja de la tarde.

Javier Castaño recibió a su segundo toro con una serie de verónicas y la plaza, en respuesta, vibró con el tercio de varas y con el de banderillas, obligando a saludar a toda la cuadrilla. Aunque la faena de muleta resultó algo desigual, una estocada tendida de efectos fulminantes le dió las dos orejas y la vuelta al ruedo al animal.

El diestro Eduardo Gallo recibió a su primer toro desde el suelo, postrado de rodillas, con una larga cambiada, unida con una serie de pases de verónicas a pies juntos y realizó una faena basada en derechazos, hasta que el toro se rajó, matándolo de un sólo pinchazo, estocada y descabello, por lo que recibió una ovación desde el tercio.

En el sexto toro, Eduardo Gallo sacó a relucir toda su torería con series, ligadas y rematadas, de derechazos y naturales, logrando con la izquierda los mejores momentos que se vieron en la tarde de ayer ante un toro que terminó embistiendo con mucha nobleza, al que le arrancó las dos orejas tras una estocada caída. Casi media entrada en la plaza en tarde nublada con lluvia intermitente.