El novillero Carlos Ochoa, aun sin cortar trofeos, hizo lo más destacado de la segunda nocturna de agosto en Las Ventas, una actuación asentada, de oficio y buena maña frente a dos utreros sin raza de Fernando Peña, que solo echó uno bueno, el segundo, y que fue arrastrado con las orejas puestas. Marcos pasó sin decir prácticamente nada ante su primero, novillo noble y manejable al que pegó pases y más pases destemplados y sin ajustarse tampoco debidamente a lo largo de una faena fría como el témpano. El debutante portugués Diego Peseiro dejó constancia que tiene buen aire manejando el percal. No tanto con los palos, tercio que cumplió entre notables desigualdades. Y con la muleta quedó prácticamente inédito.