Ganado: Dos toros -primero y sexto, éste como sobrero- de Victoriano del Río, bueno y algo flojo el primero de ellos y muy deslucido el último astado; dos -segundo y tercero- de Toros de Cortés, brusco y sin emplearse el segundo toro, y muy bravo y bueno antes de venirse a menos el tercero; y otros dos -cuarto y quinto- de Juan Pedro Domecq, noble y sin fuelle el cuarto, y algo escurrido y bueno el quinto astado de la tarde en Nimes.

Enrique Ponce: oreja y dos orejas tras dos avisos.

Juan Bautista: oreja tras aviso y dos orejas tras aviso.

Andrés Roca Rey El Payo : que tomaba la alternativa, oreja y oreja.

La plaza: registró dos tercios de entrada.

El peruano Andrés Roca Rey, con dos orejas, protagonizó una triunfal tarde de alternativa en la ciudad francesa de Nimes, en un festejo en el que Enrique Ponce y Juan Bautista rayaron a gran nivel, con tres apéndices cada uno.

El toro de Roca Rey tuvo buena condición por el pitón izquierdo, pero entre el viento y la poca fuerza del animal, el peruano sólo pudo demostrar su firmeza. Cortó una oreja.

El sexto fue un sobrero de Victoriano del Río que a punto estuvo de echarse a los lomos a Roca Rey en un quite embarullado por zapopinas o lopecinas.

Desarrolló sentido el de Victoriano, pero Roca Rey le plantó cara con mucho valor y no poca habilidad, dándole distancia para alegrar sus embestidas. Al final, como era de temer, lo cogió de forma aparatosa. Lo mató de buena estocada y cortó una oreja.

El primero de Ponce se empleó a rachas. Después de toma y daca inicial, consiguió Ponce una serie de naturales encajados y ceñidos. Pero la aspereza del astado no había desaparecido y tuvo que emplearse a fondo el hombre para mantener el nivel.

Faena de cabeza y entrega culminada con un cambio de mano al ralentí que pareció surgir de la nada. Una casi entera quedándose en la cara dio paso a una merecidísima oreja. Después de dar la vuelta, Ponce pasó a la enfermería donde se le reconoció una rotura de fibras en el abductor.

El cuarto tuvo buena condición aún sin llegar a romper por su falta de fuerzas. Sin obligarle, Ponce lo llevó a media altura en una faena larga, concluida por un gran volapié cuando sonaba el segundo aviso.

Bautista sorteó en primer lugar un toro bravo bien picado. El diestro arlesino construyó una primera parte de faena honda. Muy bien llevado, el toro embistió con entrega por el pitón derecho, y no tanto por el izquierdo.

Cuando el torero volvió a coger la mano derecha el animal no respondió igual, pero Bautista tiró de oficio y repertorio para acabar cortando una oreja.

Espoleado por el triunfo de Ponce, Bautista recibió al quinto con buenos lances de rodillas.

Muleta en mano, empezó su faena con muletazos de rodillas templados. Siguió de pié aprovechando la embestida boyante del buen toro por el pitón derecho, atracándose a veces por quedarse un punto de más en el sitio.

Por el izquierdo el toro embistió con menos continuidad, acusando quizás el derroche de esfuerzos de los primeros tercios. Bautista acortó distancias, toreó a gusto por ambos pitones, acabó de rodillas, se paso algo de faena y mató recibiendo con gran despaciosidad.