La caída de los precios y la necesidad de los bancos de desprenderse de su amplia cartera inmobiliaria reactivaron significativamente la compraventa de fincas rústicas en Córdoba durante el 2013, que fue el mejor ejercicio desde el inicio de la crisis. El pasado año se produjo la venta de 2.188 fincas, un 19,89% más que en el 2012, lo que supone la mejor evolución de Andalucía, superando ampliamente el aumento andaluz (4,4%) y nacional (5,6%). Además, este número de operaciones supone también la cifra más elevada desde el 2008, cuando se transfirieron 3.288. En los dos últimos años se ha producido un aumento de las operaciones, mientras que en el 2009 se produjo el mayor descenso al caer un 35,9%.

Como aseguran los expertos consultados, en esta variación positiva ha tenido mucho que ver la importante caída acumulada de los precios de las fincas. "Desde el comienzo de la crisis el descenso de las cotizaciones supera el 40%, llegando las fincas a un valor real, frente a la subida que se produjo por la entrada de inversores ajenos al sector", señala Luis López-Crespo, gerente de la empresa de tasaciones rústicas Promasta.

Este experto asegura que el precio medio ha caído de 20.000 a 11.000 euros en la tierra de labor de secano de buena calidad, de 30.000 a 20.000 euros en la tierra de labor en riego, mientras que el olivar se ha situado en unos 18.000 euros. "Ahora es el momento de comprar, aunque no es aconsejable operar con los derechos de ayudas durante este año hasta que se afiance la reforma de la PAC", añadió.

Otra de las tendencias que se ha consolidado con la crisis económica es la desaparición de inversores ajenos a la agricultura, junto con la entrada en escena de las entidades financieras. Sin embargo, el sector advierte de que las buenas fincas, que no suelen ponerse en venta, cuando lo hacen no han sufrido un descenso importante de las cotizaciones.

Por zonas, remarcan que la campiña de Córdoba y la Sierra son las comarcas agrícolas en las que se está operando más, mientras que en precios, Lucena se sitúa entre los municipios en los que se han producido unos mayores descensos de las cotizaciones. Por el contrario, los valores más altos se siguen manteniendo en fincas de olivar de las Sierras Subbéticas.