Solo el voto de calidad del presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) y primer teniente de alcalde, Pedro García, consiguió ayer deshacer el empate entre los representantes de los grupos políticos municipales en el Consejo Rector de la GMU para iniciar el trabajo que lleve a reformar la norma que regula el centro histórico de la ciudad, el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepch).

El acuerdo, que supone iniciar el proceso para cambiar el estricto plan que rige el urbanismo en el centro tras 15 años de su aprobación, en el 2003, salió adelante con los votos a favor de los tres consejeros del PSOE y los dos de IU, la abstención de los dos de Ganemos y el voto en contra de los cuatro consejeros del PP y el de Ciudadanos.

Esta reforma, al contrario de lo que propuso García a principios de la semana y que obtuvo luego un rechazo total del resto de los grupos (incluido el de sus socios de gobierno, del PSOE), se realizará por ahora sin tomar medidas cautelares, como una moratoria de un año para dejar de conceder en dos zonas del casco histórico permisos de cambio de uso residencial de viviendas. Esta medida cautelar, que propuso IU y que no se ha llegado a materializar, hubiera supuesto, entre la paralización de todo tipo de negocios en viviendas, un freno para la regulación de viviendas y apartamentos turísticos.

LA VISIÓN DE IU / Para Pedro García, ayer fue «un día importante en la ciudad» por el acuerdo tomado, necesario para proteger al casco histórico a través de un plan aprobado hace década y media y obsoleto para este fin en la actualidad en algunos aspectos. Una medida «con la que favorecemos y protegemos el uso residencial en el centro histórico de la ciudad y regulamos los nuevos usos turísticos que se están dando en la zona». El presidente de la GMU confía en que el consenso aumentará durante el proceso de revisión de Pepch, que no solo se centrará en la regulación de los alojamientos turísticos sino que afectará numerosas cuestiones como uso de solares, actividades permitidas en los edificios según el grado de protección de sus elementos, equipamientos, etcétera. Sin embargo, lamentó «no estar todo lo contento que quisiera» por que en este inicio del proceso no se han aprobado las medidas cautelares que proponían para dos zonas del casco histórico . De hecho, no descarta que a lo largo de la tramitación del cambio del Pepch volver a proponer medidas cautelares para frenar viviendas y alojamientos turísticos.

APOYO VECINAL / García también agradeció ayer que, desde un ámbito independiente como el Consejo del Movimiento Ciudadano y la Federación de Asociaciones vecinales Al-Zahara se apoye tanto la iniciativa en marcha de reformar el Pepch como la fallida propuesta de establecer restricciones a nuevas viviendas y alojamientos turísticos.

Al respecto, la directiva de Al-Zahara dio a conocer ayer un comunicado apoyando las medidas «encaminadas a cambiar el actual estado del turismo en la ciudad», y ve «incomprensible que una propuesta para empezar a regular toda la cuestión turística de esta ciudad esté ocasionando tanta desconfianza y recelo».

Más aún, «las vecinas y vecinos de la zona no entienden que haya tantas cortapisas a la hora de regular algo que claramente está perjudicando no sólo a vecinas y vecinos, sino a nuestro patrimonio, a nuestro comercio, etcétera. La política no puede ir en contra de los intereses de los ciudadanos, por lo que instamos a que se llegue a un consenso rápidamente en las medidas a tomar, y creemos que de base para empezar el trabajo la propuesta de innovación del Pepch es una buena herramienta», dice la nota.

Ya el día anterior, el jueves, también el Consejo del Movimiento Ciudadano, el máximo órgano de participación, se mostró «favorable a la restricción de viviendas turísticas en el casco», respaldando «la decisión de los hosteleros de buscar un turismo de calidad y no de borrachera».