Los partos prematuros han crecido en los últimos años y ya representan una cifra destacada respecto al total de nacimientos. Por eso, aunque llame la atención que la portavoz nacional de Podemos Irene Montero se haya puesto de parto de solo seis meses o que el hijo del futbolista de la selección española David Silva fuera prematuro extremo, pues para nada son situaciones excepcionales. En el caso de Córdoba, casi uno de cada diez niños que nace lo hace antes de las 37 semanas o con bajo peso.

Este porcentaje de bebés que nace de forma prematura en Córdoba casi se ha duplicado en los últimos ocho años, según la unidad de Pediatría y sus especialidades del hospital Reina Sofía. El director de la unidad de Pediatría, Juan Luis Pérez Navero, señala que el porcentaje de prematuros, calculado con respecto al total de recién nacidos en el centro cada año, refleja que en el 2010 fueron un 5,88% de bebés los que vinieron al mundo de forma adelantada, frente al 9% que lo hizo en el 2017. En base a ese informe, en el 2010 nacieron 4.195 niños en el Reina Sofía, de los que 247 (5,88% del total) lo hicieron prematuramente, antes de las 37 semanas, y 61 de ellos, con menos de 1.500 gramos. En el 2011, de 4.212 nacimientos, 217 (5,15% del total) fueron prematuros y 68 pesaban menos de 1.500 gramos. Por su parte, en el 2012, de 3.913 nuevos bebés, 213 (5,44% del total) tenían menos de 37 semanas y 62 nacieron con poco peso.

LOS DATOS / En el 2013, el total de nacidos fue de 3.728, de los que 211 (5,65%) fueron prematuros y 64 contaban con un peso inferior a los 1.500 gramos. En el 2014 vinieron al mundo en el Reina Sofía 3.721 niños, 288 de menos de 37 semanas (7,73% del total) y 71 por debajo de los 1.500 gramos. En el 2015 continuó el ascenso en la cifra de prematuros. De 3.735 bebés registrados, 323 (8,64% del total) nacieron antes de las 37 semanas y 61 por debajo de los 1.500 gramos. En el 2016, de 3.648 niños que vinieron al mundo en el hospital cordobés, 337 (9,23% del total) lo hizo prematuramente y 75 tenían muy poco peso. Finalmente, en el 2017 se produjeron 3.140 nacimientos, con 284 prematuros (9% del total) y 59 pesaron menos de 1.500 gramos. Pérez Navero precisa que, aunque con frecuencia no es posible determinar la causa de la prematuridad, existen determinados factores de riesgo que favorecen que el parto se desencadene antes de tiempo. Entre estos condicionantes están la edad avanzada de la madre, que sea mayor de 35 años (lo cual se ha incrementado mucho en los últimos tiempos) o menor de 18 años; que haya tenido partos prematuros previos u abortos de repetición; el bajo peso u obesidad previos al embarazo, así como enfermedades infecciosas de la madre o que padezca hipertensión, diabetes, cardiopatías u otras.

Otros factores son que se trate de una gestación múltiple; el ambiente social desfavorable; un embarazo no controlado; la infección urinaria, vaginal o uterina; las anomalías placentarias; desnutrición durante la gestación; patologías asociadas al embarazo como la pre-eclampsia o las coagulopatías; la malformación fetal; el consumo de alcohol, tabaco o drogas; la alteración mental; la depresión y ansiedad o la amenaza de aborto previa.

LOS RIESGOS / El nacimiento prematuro condiciona la interrupción en la maduración normal de los órganos y sistemas, por lo que el riesgo de fallecimiento vinculado a la prematuridad variará considerablemente en cuanto a incidencia y gravedad en función de la edad gestacional.

El jefe de Pediatría del Reina Sofía recalca que «los avances obstétricos y las mejoras en la práctica clínica en la unidad de cuidados intensivos neonatales y en los cuidados del recién nacidos han contribuido de forma considerable a la disminución de la morbimortalidad (relación de la enfermedad con la posible mortalidad) de los niños prematuros. No obstante, cuando el nacimiento del bebé se produce entre las semanas 22 y 24 (donde está el denominado límite de viabilidad), la supervivencia libre de secuelas mayores continúa siendo muy baja».

«El mayor riesgo de fallecimiento de un recién nacido prematuro se produce en bebés de menos de 1.500 gramos, que pueden sufrir problemas respiratorios, infecciones, lesiones del sistema nervioso central, entre otras, o en aquellos que nacen de muy poco tiempo, prematuridad extrema, y por ello presentan más riesgo de parálisis cerebral, deficiencias en el desarrollo neurológico o lenguaje, déficit de atención, anemia, enfermedad pulmonar crónica, retinopatía, déficit visual, estrabismo, sordera, retardo en el crecimiento, síndrome de muerte súbita, entre otros», precisa este especialista. «Las posibilidades de supervivencia se multiplican a partir de la 22 semana de gestación, pues de una tasa media del 12,5% de supervivencia a las 22 semanas se puede llegar hasta un 71,9% en las 26 semanas», destaca Juan Luis Pérez Navero.