Córdoba redescubrió el río hace más de dos décadas y empezó a planificar un futuro en torno a él. El plan especial del río Guadalquivir trajo los primeros cambios. Fruto del mismo fueron los puentes de El Arenal y Miraflores, la rehabilitación del molino de Martos, el recinto ferial, y los parques del Balcón del Guadalquivir y Miraflores. Pero había más propuestas de distintas administraciones, muchas de ellas largamente anunciadas, que han quedado varadas en el olvido. Los cambios de gobierno, la crisis, el baile de competencias entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Junta han influido, de forma que hay una veintena de proyectos que no han visto la luz y un rico patrimonio vinculado al río que sigue desaprovechado.

El centro de congresos,el buque que naufragó

El buque insignia de la transformación de Miraflores era el Palacio del Sur del arquitecto holandés Rem Koolhaas. Su silueta de ocho plantas con destellos de cristal sobre el Guadalquivir, capaz de acoger auditorios sin igual, un hotel de lujo y locales comerciales, era el sueño del distrito Sur y del Ayuntamiento. Pero ese gran trasatlántico de alta mar se fue hundiendo a medida que aumentaban las dificultades para lograr el dinero necesario para pagarlo. Tanto se complicó su ejecución que en el 2008 el Ayuntamiento le dio un nuevo rumbo y pidió a Koolhaas que abaratara el proyecto. Pero aquel centro de congresos menguado tampoco salió adelante. El cambio de gobierno municipal terminó dándole la puntilla. El PP lo consideró inviable por su elevado coste y optó por levantar un híbrido entre recinto ferial y centro de congresos en el Parque Joyero. De aquel anhelado Palacio del Sur, queda hoy un solar vacío sin rumbo definido.

El Museo de Bellas Artesy la gran transformación

Con la mirada puesta en la capitalidad del 2016, Córdoba esperaba dos proyectos. Por un lado, el Espacio Andaluz de Creación Contemporánea, el C4, un edificio singular que ha construido la Junta pero al que aún le falta el acondicionamiento de los accesos y el contenido. Por otro lado, el Museo de Bellas Artes, un equipamiento cultural que iba a crecer junto a la Calahorra y a acoger la colección de Pilar Citoler. El museo estaba ligado a una compleja operación urbanística en el Campo de la Verdad que implicaba las expropiaciones de viviendas y bares, y que, con una nueva plaza, transformaría este entorno. Urbanismo llegó incluso a notificar a los afectados la expropiación. El museo ha aparecido en varias anualidades de los presupuestos del Estado hasta desaparecer.

La metamorfosis de laavenida de la Ribera

El cambio más espectacular vendría de la mano del plan Alcázar--Caballerizas, que depende del Ayuntamiento y que aún no ha culminado su larga tramitación, polémica por los usos ecuestres. El plan quedó aprobado de forma provisional antes de las elecciones municipales, en marzo del 2011. Desde entonces, el único paso fue hace más de un año cuando Urbanismo resolvió otra alegación y ratificó la aprobación provisional. La intención del PP es encontrar colaboración privada para ponerlo en práctica y poder afrontar su alto coste, más de 50 millones. Entre las actuaciones que contempla está la transformación de la avenida del Alcázar, que perderá la carretera que nació a mitad del siglo pasado recuperando así la dimensión que históricamente tenían los jardines, que llegaban hasta el río. Cuando eso ocurra, la Ribera habrá sufrido un cambio abismal. Al recién remodelado por la Junta tramo entre Santa Teresa de Jornet y Caño Quebrado, se unirá la avenida convertida en un espacio peatonal concebido para el paseo.

La noria que iba a regar los jardines del Alcázar

A principios del 2008, cuando la crisis no había mostrado aún toda su crudeza, la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció en Córdoba el proyecto que devolvería a la noria de la Albolafia su antiguo cometido, regar los jardines del Alcázar. El traspaso de competencias de la CHG a la Agencia Andaluza del Agua y, después, la devolución de las mismas a la CHG, afectó a este proyecto --y a otros--, que volvió a sufrir otro parón. Cinco años después, el deterioro de la noria es más evidente, sobre todo, tras la restauración del entorno de la Puerta del Puente.

Un ambicioso centro deinterpretación del río

La recuperación de la noria formaba parte de un ambicioso plan valorado en más de 80 millones de euros y enfocado hacia la creación de un centro de interpretación del Guadalquivir. El proyecto contemplaba también la rehabilitación de los molinos de San Rafael y del Hierro, una pasarela peatonal hasta el Cordel de Ecija, donde se construiría el museo del agua, y la rehabilitación del Salto de Casillas. Las actuaciones echaron a andar administrativamente pero no concluyeron su camino. En la mente de Medio Ambiente estaba entonces también la ejecución de la segunda fase de la remodelación del Guadalquivir y la construcción de un azud en

el molino de Martos para mantener una lámina permanente de agua y un paseo peatonal sobre el río. La idea recibió alegaciones de los ecologistas. En el cajón del olvido quedó también la playa de Miraflores, una idea lanzada por el Ayuntamiento en el 2007.

Una ciudad de diseñovanguardista junto al río

Entre los puentes de Andalucía y de San Rafael, y en paralelo a la avenida de Cádiz, se iba a alzar un barrio de diseño vanguardista con 1.800 viviendas. La configuración de los bloques, unos suspendidos sobre otros, y su combinación con la vegetación, contribuyó a que el proyecto, de la arquitecta Auxiliadora Gálvez, ganara el premio European. La idea se desechó por su alto coste, aunque se siguió trabajando en la urbanización del barrio, en el que también tenía terrenos la Junta. En el 2008, Urbanismo anunció que la urbanización costaría 10 millones y que contemplaba cuatro bloques de 14 plantas, sin descartar la ejecución de algún edificio siguiendo la idea premiada. El Cordel de Ecija es uno de los proyectos que deja pendiente Procórdoba, empresa en vías de disolución. Pero, además, hay otro plan relacionado con el río que no se ha desarrollado a pesar de estar aprobado desde el 2006, el de Arenal de la Fuensanta, pensado para acoger la ciudad del ocio y trasladar el recinto ferial al otro lado de la autovía. No solo no ha prosperado sino que se ha complicado tras la polémica propuesta de Tremón, que implica la recalificación de 40 hectáreas para un enorme complejo de ocio.

Molinos restauradospero cerrados sin uso

Córdoba cuenta con tres molinos restaurados pero solo uno, el de la Alegría, está en uso. Los otros dos son los molinos de Martos --devorado por la vegetación-- y San Antonio --rehabilitado por Procórdoba--, ambos cerrados y maltratados por las crecidas y a la espera de una solución. Además, el de Martos tiene un problema añadido, la acumulación de depósitos y de los vertidos de un aliviadero del colector, que provocan malos olores. Pero no son los únicos ejemplos de proyectos desaprovechados. El centro de visitantes, construido por la Junta como puerta de entrada al turismo y entregado ya al Ayuntamiento, continúa sin fecha de apertura. Además, hay otros elementos vinculados al río a los que no se les ha sacado todo el partido que se esperaba, como la isla de las esculturas, los embarcaderos o el pescódromo.

La realidad de hoy ynuevas propuestas

Al margen de los proyectos pendientes, la ciudad que se mira en el río tiene otras necesidades como la limpieza del mismo. La CHG inició el jueves un plan de restauración que afecta a dos kilómetros entre los puentes Romano y de la autovía. El Ayuntamiento había solicitado la intervención en cinco kilómetros entre el Cañaveralejo y Casillas, por lo que aún queda camino por recorrer. Paralelamente, la Junta tiene en marcha un plan en los Sotos de la Albolafia que incluye la limpieza de sus molinos y que no ha acabado. En torno al río no paran de nacer propuestas, como la de una plataforma que se está creando en la Ribera para reivindicar la limpieza y un pasillo de seis metros entre los árboles y el murallón; o la de la plataforma de afectados por las inundaciones, que tiene un proyecto entre Alcolea y Encinarejo, con el que pretende evitar inundaciones y aprovechar los múltiples atractivos del Guadalquivir.