Historia conmovedora que tuvo su origen en Priego de Córdoba 42 años atrás. Una vecina de Alcalá la Real, Inés Arjona, ha conseguido contactar, después de décadas, con la hija que asegura le fue arrebatada de los brazos nada más nacer. Aunque madre e hija ya se han puesto en contacto a través del teléfono y de las redes sociales, ambas todavía no se conocen en persona, y el reencuentro se producirá en próximos días.

Inés Arjona, quien hace unos años perdió a un hijo en un accidente de tráfico, recobra así a una descendiente con la que ya no contaba. El relato de la mujer, ahora exultante de alegría, está marcado por las tristes circunstancias en las que se desenvolvió el supuesto robo de su bebé.

Natural de la aldea de La Carrasca, de Almedinilla, y actualmente con cincuenta y siete años de edad, Inés recuerda que era prácticamente una adolescente cuando quedó embarazada. Entonces vivía con su pareja en la pedanía alcalaína de Fuente Alamo. Indica que, aunque le habría tocado dar a luz en Alcalá, su compañero sentimental la llevó hasta Priego de Córdoba. El motivo, recalca, es que el padre de la criatura no quería tener al bebé en esos momentos. Arjona manifiesta que cuando se produjo el parto, ella escuchó llorar con nitidez a la recién nacida. Sin embargo, precisa, el personal se llevó el bebé con el pretexto de lavarla y "apañarla". La madre indica que en la maternidad prieguense había médicos y una monja y que, mientras seguía ingresada, le dijeron que la niña había muerto.

Cuarenta y dos años después, Inés Arjona resalta que ella siempre tuvo la convicción de que le habían arrebatado a su hija y que esta estaba viva, ya que el llanto inicial era "claro".

Después del parto, la pareja volvió a Fuente Alamo. El matrimonio tuvo más hijos y se trasladó a vivir al casco urbano alcalaíno. Pese al paso del tiempo, la mujer nunca perdió la esperanza. Pero hace solo unos días, todo dio un vuelco. Como subraya Arjona, a través de una vecina de la aldea prieguense de Las Higueras, que había vivido en la de El Poleo, se puso en contacto con una mujer residente en Sevilla que podía ser el retoño que perdió sin que nunca le dieran explicaciones satisfactorias.

La vecina de Alcalá dice que la edad coincide con la que tendría su hija. Igualmente, hace hincapié en el parecido físico que existe entre las dos. Su ilusión llega hasta tal punto que está dispuesta a hacerse la prueba de ADN para confirmar la filiación.

En cuanto a la historia de la descendiente, que se llama Rosaura Fernández, Inés Arjona especifica que siempre --desde la infancia-- supo que era adoptada, pero que los padres que la criaron no le permitieron buscar a sus padres biológicos. Actualmente, al fallecer los dos progenitores adoptivos, sus indagaciones pudieron llegar, por fin, a buen puerto. La determinación para entrar en contacto de manera personal es tan grande que ambas partes están dispuestas a que el reencuentro sea rápido, incluso es posible que acontezca este fin de semana. La sevillana ha expresado su felicidad a través de una de sus cuentas en las redes sociales. Incluso ha agregado como contactos a dos de sus nuevas hermanas y a la pareja de su hermano.

Para Inés Arjona, la experiencia es como estar en una nube. No puede ocultar su emoción, aunque añade que no guarda rencor hacia nadie. Por lo que respecta a sus otros descendientes, la satisfacción también es patente.