Córdoba tiene también grandes propietarios de fincas rústicas, lo que demuestra que no solo hay interés por poseer pisos. El campo también atrae y cada vez más. El Catastro contabiliza 193 personas físicas o jurídicas que disponen de más de 50 bienes rústicos, un 9% más que hace un año, cuando había 177. Solo entre ellos acumulan más de 9.650 propiedades en el campo. Además, entre 26 y 50 bienes también hay un amplio número, 682, uno menos que un año antes. En una década el aumento registrado ha sido del 54%, ya que en el 2007 solo había 125 propietarios de más de medio centenar de fincas. Desde entonces, el incremento se ha repetido en todos los niveles, dándose la misma circunstancia tanto en los que tienen una sola propiedad como en los que acumulan muchas.

Si en grandes propietarios de bienes urbanos Córdoba era la penúltima de Andalucía, en fincas rústicas es la tercera, y delante de ella están solo Almería, con 316 dueños de más de 50 propiedades; y Granada, con 306. A nivel nacional sorprende que la provincia está casi a la cola, ya que se encuentra entre las diez que menos grandes propietarios de fincas rústicas tienen. La primera es Orense, con 16.836; y la segunda es León, con 7.732.

2017 es el año en el que más multipropietarios se han contabilizado dentro de la serie histórica que empieza en el 2006 y que fue el ejercicio con menos, solo 125, un 54% menos que ahora. La evolución en la concentración de fincas rústicas en pocas manos ha sido positiva todos los años menos en el 2010, ejercicio en el que se produjo un descenso, y 2014, en el que hubo otro.

El portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Coapi, Agustín León, constata el mayor interés por el campo, tanto en Córdoba como en Jaén, e indica que «el dinero que se coge se invierte en fincas rústicas, que adquieren familias de niveles de renta medios». León asegura que «oferta hay, pero cuesta encontrar fincas rentables» y también hay dificultad para «vender en la Sierra, ya que lo que más se demanda es Campiña y, sobre todo, olivar, aunque también hay interés por la tierra calma para placas solares y otros cultivos». Zonas como Baena, Montoro y Priego son las más demandadas.

En cuanto a los grandes propietarios de viviendas, confirma que los datos varían poco de un año a otro y que se dan muchos casos de herencias y liquidaciones de patrimonio. León considera que «invertir en inmuebles es rentable, tanto en fincas rústicas como en locales y pisos», y que «un producto bueno y en precio se vende».