Gobierno y sindicatos quemaron ayer los últimos cartuchos en favor de sus posiciones en la huelga general, en la que la intervención de los piquetes será decisiva para el desarrollo de la jornada de protesta sindical. En los prolegómenos de la quinta huelga general que debe afrontar un gobierno socialista desde la llegada de la democracia, el Ejecutivo intentaba tender puentes de diálogo, mientras que los sindicatos rechazaron la oferta de negociar los reglamentos para desarrollar la reforma.

El vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, llamó a la negociación al margen de lo que ocurra en la jornada de hoy. "Lo que más importa es el día de después de la huelga, qué vamos a hacer a partir del jueves". Indicó que "el Gobierno hará una invitación inmediata a los sindicatos".

En declaraciones a la cadena SER, Chaves planteó: "No hay que valorar la huelga en términos de éxito o fracaso del Gobierno, sino en función del éxito de convocatoria". Reiteró que "lo importante es que estemos dispuestos al diálogo" y, en este sentido, manifestó que los sindicatos hacen la huelga para que exista diálogo, "aunque en la dirección que ellos quieren".

APOYO DEL ENTORNO

"No sé si la reforma laboral se va a modificar, pero sí puedo decir que Zapatero está tratando de dar un mensaje a la ciudadanía de que no pasa nada", afirmó Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO. Durante su participación en un programa de TVE, tanto él como Cándido Méndez, secretario general de UGT, insistieron en que la esencia de la reforma es el despido y que, gracias a ella y a la posibilidad de rescindir los contratos con una previsión de pérdidas, a los "empresarios le salen las cuentas con ventaja" a la hora de reducir la plantilla, dijo Méndez.

Desde el entorno del Gobierno algunos destacados socialistas respaldaron la necesidad de las reformas, pese a la huelga. El eurodiputado Ramón Jaúregui abogó por la reforma del sistema de pensiones tras la jornada reivindicativa. El presidente del PP, Mariano Rajoy, se pronunció igualmente contra la huelga: "Si hay algo que me parece especialmente contraproducente de esta huelga es la lesión imborrable en la imagen de España, en nuestra voluntad de recuperación, en la cohesión política y en la solvencia laboral de los españoles".

La controversia de la jornada se extendió a las diferencias entre sindicatos y patronal sobre el uso de los piquetes informativos. Los sindicatos denuncian la "coacción" de los empresarios. "El verdadero piquete", señaló Toxo, "es el chantaje de las empresas pidiendo listas de quién va a hacer huelga".