La incertidumbre rodea al sector agrario ante el bajo nivel en el que quedarán los embalses tras la campaña de riego y las bajas lluvias acumuladas. Cultivos como la vid ya se han visto afectados por las distintas olas de calor registradas este verano. La Delegación Provincial de Agricultura advirtió la semana pasada que la cosecha de uva se reduciría entre un 35 y un 40 por ciento en Córdoba. A esto hay que unir los daños provocados por la falta de agua en cultivos herbáceos como el trigo, que ha visto cómo se registraba una merma de sus rendimientos. En la actualidad se está recogiendo el girasol, que también ha sufrido las consecuencias del calor y presenta un desarrollo incompleto en numerosas explotaciones. La preocupación también existe por el desarrollo que puede tener el olivar en la provincia, pues el mes de septiembre será clave para fijar la próxima cosecha. Las distintas estimaciones, aún muy prematuras, hablan de que puede ser una cosecha media-baja. Las altas temperaturas sí han venido bien para el control de plagas y enfermedades en los cultivos.