La dirección del PSOE dejó claro desde el principio, una semana antes de las elecciones del pasado domingo, que dejaría libertad a sus líderes territoriales para tejer las alianzas que estimasen necesarias para desalojar del poder al PP. Pero eso no significa que el secretario general, Pedro Sánchez, carezca de preferencias sobre el tipo de alianzas que se deben tejer. Sánchez, según distintas fuentes socialistas, se inclina por no entrar, pero sí apoyar, a los gobiernos de las candidaturas de las que forma parte Podemos, que en varias importantes ciudades, como Madrid, Zaragoza y Cádiz, está en disposición de alcanzar la alcaldía.

El candidato socialista al ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, se reunió el pasado martes con el líder socialista. En el encuentro, Sánchez le transmitió la directriz, y un día después, ayer, Carmona dejó claro que no tiene intención alguna de entrar en el Gobierno de Ahora Madrid, encabezado por Manuela Carmena. Cuando le preguntaron si aspiraba a una vicealcaldía en una coalición con la candidatura que integra Podemos, el dirigente del PSOE dijo "no tener ninguna ambición", más allá de garantizar la "gobernabilidad de la ciudad", y que cualquier decisión en este sentido la tomaría la cúpula del PSOE y la gestora que dirige a los socialistas madrileños desde que Sánchez destituyera en febrero a su secretario general, Tomás Gómez.

La posición de los socialistas tiene también su reflejo en Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, ya ha dejado claro en varias ocasiones que en ningún caso entrará a formar parte de ejecutivos autonómicos presididos por el PSOE, aunque sí pueda facilitar su constitución en, por ejemplo, Extremadura, Aragón y Castilla-la Mancha. Pero hay algo en lo que difieren los secretarios generales del PSOE y Podemos. Mientras el primero ha dejado a sus candidatos que piloten las posibles alianzas, el segundo quiere supervisar todo este proceso por la inexperiencia de los barones de su partido.

Condenados a entenderse, Sánchez e Iglesias han hablado más en las últimas horas que en toda su existencia anterior, pero hasta que no se reúnan la próxima semana no van más allá de términos genéricos. Ambos dirigentes mantuvieron ayer su segunda charla telefónica en dos días, y fuentes de los dos partidos coincidieron en el contenido: un intercambio de pareceres sobre "la situación política del país, la necesidad de regeneración democrática de las instituciones, el combate de la corrupción y el rescate ciudadano".