Lucena vivió anoche una procesión que pasará a la historia de su Semana Santa y que puso broche de oro a un Sábado de Gloria que, como es tradicional, tiene como protagonista a la Virgen de la Soledad, y más aún este año con motivo del 450 aniversario de la fundación de su cofradía.

Varios miles de personas esperaban a la Virgen en el llanete de la parroquia de Santiago, que ha sido restaurada recientemente. Largas filas de hermanos y mantillas precedían un paso procesional que mandaba José María Calvillo Blanco. Al frente del desfile estaba el hermano mayor de la cofradía, Pedro Luis Gómez Morillo, y a la salida de la iglesia cantaron a la Virgen varios afamados saeteros.

Posteriormente la procesión se dirigía hacia la calle Flores, cuya estrechez supone siempre un reto para los santeros lucentinos y es uno de los lugares más cotizados por los amantes de la fotografía. Los sones de la Agrupación Musical Cristo de Gracia de Córdoba y la Banda de Música de Lucena acompañaron una procesión en la que destaca siempre la bellísima imagen de Nuestra Señora de la Soledad, obra de Luis Alvarez Duarte.

Si habitualmente esta procesión es una de las más participativas de la Semana Santa lucentina, anoche fue multitudinaria en todos los sentidos.

La amenaza de lluvia rompió en Cabra el Sábado de Gloria y dejó en su templo a Nuestra Señora de la Soledad. Ya por la noche salía Nuestra Señora del Socorro desde la iglesia de la Asunción y Angeles, en el año en el que esta hermandad cumple su 50 aniversario. Se cerraba así un día que comenzó en la medianoche con el paso de Nuestro Padre Jesús del Perdón.

En la madrugada de ayer la noche de Rute se llenó con el sonido bronco de los tambores enlutados de la cofradía de la Soledad. El paso de la Virgen ha completado la candelería y estrenado faldones, así como Cruz de Guía. Nuestra Señora de la Soledad y Esperanza llenó de sobriedad y elegancia las calles de Doña Mencía; y en Fuente Obejuna la primera de las procesiones fue la de la Soledad, que integran mujeres con velo o mantilla. De madrugada se produjo el encuentro entre Cristo Resucitado y la Virgen de Gracia. La cofradía del Cristo de la Buena Muerte de Fernán Núñez pudo por fin procesionar la madrugada del Sábado Santo después de varios años; y por la tarde salió el Santo Entierro. En El Carpio procesionó la Virgen de la Soledad, cofradía integrada únicamente por mujeres. En Villa del Río las Angustias hizo su segunda estación de penitencia estrenando un paso elaborado en los talleres Angulo de Lucena. En Pedro Abad se volvió a celebrar, tras la Vigilia Pascual, la "quema" de los Judas, que simboliza la revancha contra el traidor.

Nuestra Señora del Mayor Dolor también procesionó ayer tarde por las calles de Luque.