La gran promesa de Albert Rivera en campaña (el veto a Mariano Rajoy por activa o pasiva) corre peligro. El líder de Ciudadanos concedió varias entrevistas durante la mañana de ayer en las que parecía que olvidaba la palabra dada. Después ofreció una rueda de prensa en la que reeditaba el veto. Rivera juega a la ambigüedad ante un resultado electoral que le resta legitimidad para pedir la cabeza del líder del Partido Popular, que ha vuelto a ganar y ha crecido de 123 a 137 escaños.

Su estrategia ahora es pasarle la responsabilidad al líder socialista, Pedro Sánchez (85 diputados), que con su abstención podría permitir que el candidato conservador fuera investido presidente. «Para apoyar a Rajoy ya está el PSOE, no hace falta Ciudadanos», afirmó ayer en una rueda de prensa en la sede del partido.

Rivera quiere intentar marcar agenda pidiendo una reunión con Partido Popular y PSOE para acordar «reformas» antes que «sillones» y por eso anunció que llamará a Sánchez y Rajoy para proponérselo. No descarta incluso sentarse con el líder del Partido Popular, aunque prefiere que sean «los equipos» de los tres partidos los que discutan los «cambios» que necesita la sociedad española.

El líder del partido naranja citó la ley electoral (que les ha vuelto a perjudicar), la despolitización de la justicia, la educación, las políticas de empleo y la lucha contra la corrupción, entre varios asuntos.

«Si va a ser el mismo Gobierno, el mismo presidente, con las mismas sospechas de corrupción, estaremos en la oposición y haremos una oposición responsable. Aquellos problemas que preocupan los plantearemos, pero si alguien quiere contar con los votantes de Ciudadanos tiene que saber que queremos cambios, nueva etapa, reformas y que la gente vuelva a confiar en el Gobierno de España», declaró.

A primer hora de ayer, sin embargo, dijo que «nunca hubo veto» al presidente del Gobierno en funciones.

Pero no hace falta remontarse demasiado en el tiempo, tan solo 11 días, para encontrar el claro veto a Mariano Rajoy. Fue en el foro Primera Plana de El Periódico de Cataluña, el pasado 16 de junio, cuando Rivera dijo que ni apoyaría ni se abstendría en una posible investidura de Mariano Rajoy.

Albert Rivera rechazó asimismo que se sumen a esta negociación «partidos separatistas ni nacionalistas» pues, añadió, durante años el PNV, CDC o ERC han utilizado la ley electoral para condicionar la gobernabilidad y ahora existe la «oportunidad» de empezar una nueva etapa.