El 2016 se podría resumir como el año en el que la economía ha crecido sola al margen de la política aprovechando el viento de cola de los tipos de interés en el 0%, el petróleo barato, el tirón de las exportaciones, el récord del turismo y la devaluación salarial generada durante la crisis gracias a la reforma laboral.

La bonanza del 2017 dependerá en buena parte que estos factores positivos no se reviertan. De momento, los combustibles han empezado a subir de precio tras el pacto alcanzado por los productores de petróleo y es una incógnita cuanto empezarán a subir los tipos de interés en la zona euro.

Si el 2016 ha sido el año del vacío político, la inacción del Gobierno y el fin del bipartidismo, el 2017 será con toda probabilidad el año de los pactos políticos entre las diferentes formaciones para poder tirar adelante una legislatura con un crecimiento económico más moderado y factores de incertidumbre externos.

Poder adquisitivo / Los grandes retos para este año serán como se concilia la creación de empleo con la recuperación de los sueldos y el poder adquisitivo tras años de devaluación salarial y aumento de la desigualdad, y la reforma de las pensiones. La hucha se ha vaciado durante estos años y el Gobierno tendrá que habilitar un mecanismo de urgencia en los próximos meses para garantizar el pago de las prestaciones.

La previsión del Ejecutivo es que la economía se desacelere del 3,2% con el que podría cerrar el 2016, hasta el 2,5% en el 2017 con una inflación que podría rondar el 2%. La Comisión Europea es un poco más pesimista y estima que el PIB español avanzará un 2,3%.

Disciplina fiscal / En todo caso, la evolución económica vendrá marcada de nuevo por el corsé de la disciplina fiscal europea para rebajar el déficit público desde el 4,6% del PIB con que se prevé cerrar este año al 3,1% el año próximo.

De momento, el Gobierno ha aprobado medidas fiscales para obtener 7.000 millones de euros de ingresos adicionales en el 2017 subiendo impuestos y sin recortes dentro de un acuerdo más global con el PSOE. Este ha incluido la subida del salario mínimo, más margen para las autonomías y un primer paso para el destope de las bases máximas de cotización a la Seguridad Social. Buena parte del ajuste del 2017, unos 4.800 millones, provendrán de nuevo de una mayor fiscalidad a las empresas.

Las incertidumbres económicas son muchas. La losa del cumplimiento del déficit público es una, pero las otras que proceden del exterior no son menos importantes. Latinoamérica no evoluciona favorablemente y la política económica de Donald Trump en Estados Unidos es la gran incógnita.