Un viaje en el tiempo. Esa es la propuesta que hace Córdoba este fin de semana a visitantes y paseantes locales interesados en conocer lo que pudo ser (o no) el pasado clásico de la ciudad. El mercado medieval, que durante una década ha ocupado La Corredera, se ha instalado este año en el entorno de La Calahorra disfrazado de romano en un intento del gobierno local por "garantizar la seguridad" de los asistentes y para "promocionar una parte de la historia de la ciudad" que durante años ha permanecido en el baúl de los recuerdos. El objetivo es poner en valor monumentos recientemente reestrenados en la oferta cultural cordobesa como la Puerta del Puente o el Templo Romano, aunque éste se encuentre más cerca de La Corredera que de la Ribera.

La inauguración, a cargo del alcalde accidental, José María Bellido (el alcalde estaba en Fitur), y la concejala de Fiestas y Tradiciones Populares, Amelia Caracuel, tuvo lugar ayer por la mañana en una jornada festiva en la que los escolares fueron los protagonistas. Decenas de chavales de todas las edades, muchos de ellos embutidos en sus uniformes, disfrutaron de lo lindo de la animación teatral propuesta para la ocasión, mezcla de legión romana, gladiadores, música celta, cetrería y burritos. Sí, burritos, pero no mexicanos, de los de Rute, instalados en uno de los puestos como atractivo turístico al módico precio de 3 euros por paseo infantil.

La ubicación futura del mercado temático cordobés, ya sea romano, medieval o inspirado en la Tierra Media, dependerá, según Amelia Caracuel, de la respuesta del público, para lo cual se tendrá en cuenta como indicador el número de visitas registradas, que el Ayuntamiento espera que aumenten notablemente (el año pasado hubo 250.000) gracias a la mayor accesibilidad de esta zona y al buen tiempo que prometen las previsiones meterológicas. El debate sobre la ubicación también estuvo presente en las conversaciones. Kety Medina, profesora del IES Lope de Vega, y sus alumnos, coincidían en que "este sitio es más grande pero parece un mercadillo normal porque el entorno no acompaña". En el lado contrario, Antonio o Laura y su madre veían con buenos ojos la localización. "Venimos todos los años y la verdad es que aquí se puede ver todo mejor".

Otra de las cuestiones a las que el público estuvo atento ayer fue el bolsillo. Y aunque en tiempos de crisis, una sola visita no sea suficiente para averiguar si Roma es más barata o más cara que la Edad Media, sobre todo porque no hay demasiados carteles con los precios, lo cierto es que en general los precios son muy similares a los de años anteriores y la oferta gastronómica bastante parecida. Los encurtidos, los embutidos, el queso y los dulces conviven con panes artesanales, empanadas y todo tipo de carnes a la brasa. Los precios varían, pero se puede comer desde un preñao de chorizo por 3 euros a raciones de entre 7 y 10 euros. La cerveza y los refrescos están en 1,50 euros.

Los 130 puestos incluyen una gran variedad de productos de artesanía, atracciones infantiles en las que entretener a los niños, y talleres propios de la época sobre alfarería, seda o tejido artesano.