Los temores que ya han venido manifestando a Diario CÓRDOBA distintos responsables de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que recuerdan cómo las reservas hídricas en Córdoba están castigadas por los cuatro años consecutivos de bajas precipitaciones, encontraron ayer su reflejo a nivel nacional con Juan Corominas, vicepresidente de la fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), que coincidiendo con el inicio del año agrícola afirmaba que el próximo año puede haber restricciones importantes, por supuesto, si no llueve abundantemente antes.

baja MUCHO EN POCO TIEMPO / En todo caso, si la situación a principios de agosto era mala, con los embalses cordobeses al 35,4% de su capacidad, el punto más bajo desde el 2008 por las mismas fechas y en descenso continuo desde el año 2013, apenas tres semanas después, ayer mismo, último día del año hidrometeorológico, las reservas habían descendido otro 3,6%, un total de 121 hectómetros cúbicos. Llama particularmente la atención el descenso del mayor embalse de Andalucía, Iznájar, en 4,71 puntos en solo tres semanas, 46,2 hectómetros cúbicos.

Esta perdida se produce pese a las tormentas de principio de la semana, que si bien dejaron algunos registros significativos en puntos de la Subbética, no sirven para ni para comenzar a aliviar la situación, especialmente en la Campiña Cordobesa y las comarcas del Alto Guadiato y Los Pedroches, en las que las precipitaciones registradas fueron muy moderadas en el recuento final.

De hecho, el año meteorológico (o agrícola) 2016-2017 terminó ayer con la práctica totalidad de puntos de la provincia registrando déficit de precipitaciones, comenzando por la capital, con 465,4 l/m2 (incluidas las tormentas del pasado lunes) frente a lo normal de un año hidrometeorológico, que son 593,2 l/m2. Es decir: un 22% menos de la media.

De las 10 estaciones de observación cordobesas de la que Diario CÓRDOBA da cuenta con datos semanales (en esta edición, en la página 41), solo una, la de Espiel, ha tenido datos positivos el pasado año meteorológico, un corto 8,1% de superávit. Todas las demás presentan déficit, en ocasiones muy notables, como es el mencionado caso de Córdoba o el de Benamejí, en donde ha llovido en el año hidrometeorológico recién terminado un 33% menos de la media.