El cabo primero Francisco Javier Romero destacó ayer, unos momentos antes de partir hacia Líbano, que en ese país se realizarán colaboraciones cívico-militares y «en esta ocasión llevamos material escolar y deportivo que nos han dado diferentes entidades», con el objetivo de «entregarlo a los chavales, a las familias necesitadas y a los colegios». En esta línea, reconoció que esta labor «es gratificante». Al ser preguntado por el destino, explicó que «es duro, pero llevamos muy buena preparación, seis meses de preparatoria, y afrontamos la misión con ganas y entusiasmo». Francisco Romero estuvo acompañado en la estación por su esposa, Rocío Bravo, y por su hija, y afirmó que «la época en que nos vamos es quizá la más dura, aunque ya tenemos la experiencia».