Mariano Rajoy dejó clara ayer cuál será la estrategia de campaña del PP para las próximas convocatorias electorales: ningunear a Ciudadanos y criticar la inexperiencia de este partido que ha sido su socio preferente pero que también supone el principal rival a batir. Por eso, Rajoy clausuró la convención nacional del PP llamando a todos los populares a «salir a ganar» y explicar «con la cabeza alta» que éste es el partido que ha sacado al país de la crisis y que tiene su gestión como principal aval, frente a quienes no han gobernado nunca y por eso prometen todo «gratis y sin límites».

La gran cita del año del PP, celebrada este fin de semana en Sevilla, ha estado claramente ensombrecida por la crisis de Madrid a causa de la polémica del máster universitario de Cristina Cifuentes, pero Rajoy quiso cerrar sin hacer en ningún momento mención al asunto, en un discurso que fue sobre todo una arenga a los populares para que trabajen desde ya pensando en los comicios. Solo hubo una ligera mención al «ruido» cuando Rajoy destacó la trayectoria del PP y se quejó de quienes tratan, con ese «ruido», de que dicha gestión se olvide.

MENSAJE A LOS ELECTORES / Pero el grueso de la intervención del presidente fue un mensaje político dirigido al partido y también a los electores, insistiendo una vez más en contraponer la gestión del PP frente a «todos los demás» y, sobre todo, frente a Ciudadanos. Así, de forma implícita, Rajoy dedicó todo tipo de calificativos para el partido naranja, como cuando criticó a los «inexpertos lenguaraces» que no gobiernan y «tantos consejos regalan» y señaló que «un alcalde del pueblo más humilde de la sierra de Grazalema tiene mucha más experiencia» que ellos.

Igualmente, se reguntó qué diría «esa colección de parlanchines si solo hubieran hecho la mitad. Llenarían España de cartelones, se acabaría el incienso para tanto botafumeiro y no habría medallas para todos», ironizó.

Mariano Rajoy reprochó incluso a Cs que el precio que pone en el Congreso para permitirle gobernar sea «mucho más alto» que el que pone a los socialistas en Andalucía. «No tienen ni idea de España», dijo en otro momento el presidente, que también despreció la estrategia de quienes buscan fuera de España las recetas que parece necesitar, «como quien compra imanes para decorar un frigorífico». Fue, en suma, una retahíla de reproches para el partido naranja. Aunque no fueron los únicos, porque el presidente también criticó, y mucho, a los socialistas, y no se olvidó de mencionar a Podemos para advertir de que hay quienes prefieren «picotear en Irán o Venezuela» que buscar su modelo de país.

A los socialistas les ha vuelto a criticar porque «se desviven, e incluso se dividen, contando cuántas naciones hay en España», mientras el PP gobierna para mejorar esta «gran nación» e insistir en que frente a los otros «todo el mundo sabe» que su partido es el que crea empleo o «arregla lo que otros estropean».

Pero en medio de los reproches hubo también un reclamo por parte del jefe del Ejecutivo. Rajoy pidió una «oposición útil y no fútil» para afrontar los grandes retos que tiene España y sacar adelante pactos de Estado como el del agua, la financiación autonómica, revisar el Pacto de Toledo o aprobar los presupuestos, que son, dijo, los que le habría gustado presentar en 2012. En suma, Mariano Rajoy ha arrancado la carrera electoral de 2019 con un mensaje a todo el partido para que se ponga a trabajar ya, recuerde que gobernar es «mucho más complicado que meter un gol desde el sofá».

Rajoy urgió ayer a que Cataluña tenga ya un presidente «viable» sean cuales sean sus ideas, pero que respete la ley y reconstruya la convivencia que cree que se ha llevado por delante el «malhadado procés». Rajoy se refirió a lo ocurrido en Cataluña como el mayor ataque que ha sufrido España a su soberanía nacional, pero auguró que «más pronto que tarde» todo lo vivido será «un mal recuerdo» en la historia.