Mariano Rajoy empezó ayer la jornada laboral con una reunión con Albert Rivera en la Moncloa. El presidente de Ciudadanos pidió audiencia al jefe del Ejecutivo para volver a reclamarle que aplique el artículo 155 de la Constitución cuanto antes. No tuvo éxito, lamentaron horas después fuentes del partido naranja. Rajoy sigue aguantando la presión para aplicar en Cataluña alguno de los recursos que el Gobierno tiene sobre la mesa para impedir que la Generalitat llegue a hacer una declaración unilateral de independencia (DUI). El objetivo, aseguran fuentes de la Moncloa, es dar tiempo para que los independentistas, con Carles Puigdemont al frente, reculen en sus intenciones.

Según estas fuentes, el presidente catalán debe retirar la posible DUI y empezar «a dialogar con el Parlamento de Cataluña», esto es, con la convocatoria de elecciones autonómicas. Así, después de una nueva llamada a las urnas y con datos rigurosos sobre la mesa de lo que quieren los catalanes, Rajoy está dispuesto a hablar. A hablar de todo menos de «liquidar la unidad nacional», dijo el propio jefe del Ejecutivo en una entrevista con la Agencia Efe el jueves.

Desde el referéndum del pasado domingo, el líder del PP ha visto cómo se multiplicaban los mensajes que le apremian a frenar las intenciones de los soberanistas y evitar la posibilidad de que declaren la independencia.

A Rivera se le ha sumado estos últimos días José María Aznar y también algunos dirigentes del PP que opinan, en privado, que el presidente va a «rebufo» de los acontecimientos. Rajoy declaró el jueves que con el rescate en 2012 ya aprendió a aguantar la presión. Y estos días en los que está haciendo oídos sordos a esos mensajes de mano dura, varias empresas han anunciado su voluntad de mudar la sede fuera de Cataluña, el consejero Santi Vila ha propuesto la necesidad de ahondar en el diálogo antes de hacer una DUI y el propio Artur Mas ha mostrado dudas sobre si Cataluña está preparada para la independencia.

Y, mientras tanto, Puigdemont ha acatado la suspensión del Constitucional del pleno del lunes en el Parlamento catalán y ha aplazado al martes su comparecencia. Una sesión en la que tiene que explicar cómo va a proceder tras el referéndum del 1-O y sobre la que planea la posibilidad de la DUI.

HERRAMIENTAS A PUNTO / A la espera de ese (nuevo) día clave, el Gobierno central sigue con varios informes en su mesa para poner en marcha los instrumentos legales si lo considera necesario. La aplicación del artículo 155 de la Constitución, que prevé la suspensión de competencias autonómicas, se hace cada vez más difícil puesto que requiere al menos de cinco días para hacerse efectivo, según informaron fuentes del Ejecutivo hace semanas. Pero la Carta Magna también incluye otro artículo, el 116, sobre los estados de alarma, excepción y sitio, que también podría utilizarse, tal como dejo escrito el propio Gobierno en un informe que envió a la Comisión de Venecia hace meses.

Además, ha estudiado la posibilidad de tener que intervenir los Mossos d’Esquadra para garantizar «la defensa de España y sus principios y valores constitucionales». Eso es lo que dice la ley de seguridad nacional, aprobada en el 2015 por el PP y con el apoyo del PSOE. Rajoy podría hacerlo él solo mediante un real decreto sin tener que consultar a ninguna de las cámaras, requisito al que está obligado en el caso del 155 o en el del estado de excepción.