El título de Medina Azahara no es nuevo para Córdoba, una ciudad conocedora de los efectos que esto produce y que tiene muy fresca la experiencia de los patios. Con cada designación, la responsabilidad aumenta, ya que crece el patrimonio que la ciudad está obligada a proteger. Esa responsabilidad, sin embargo, viene de la mano de un mayor potencial económico. Cabe citar el estudio realizado por el catedrático de Economía de la Universidad Loyola Andalucía Alejandro Cardenete sobre el impacto económico que representa la Mezquita. Según este informe, el monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984, genera «300 millones de euros al año». Dicho de otro modo, que si no existiera este atractivo, Córdoba dejaría de ingresar 300 millones de euros anuales. Y es que, por cada euro que se destina a la Mezquita-Catedral, que cada año visitan 1,5 millones de personas, se generan 2,82 euros.

Según Javier Martín, profesor de Derecho Financiero en la Complutense, «el hecho de que Córdoba sea la capital española con más reconocimientos de la Unesco supone abrir una puerta al mundo a nivel global y la posibilidad de ponernos en el mapa». En su opinión, esto supone «un retorno publicitario y gratuito difícil de cuantificar». Para Martín, los dos últimos reconocimientos obtenidos «presentan un valor añadido frente al resto». Por un lado, «la declaración de los Patios es relativa al patrimonio inmaterial y no monumental, lo que reconoce una forma de vida, siendo un imán para los visitantes, que desean conocer ese modo de vida». En cuanto a Medina Azahara, «se reconoce un monumento ajeno al casco histórico y muy poco conocido fuera de nuestras fronteras salvo por los especialistas». Por este motivo, no es descartable que «el título redunde en una mejora sustancial del entorno adyacente, así como la puesta en valor de la Sierra de Córdoba». Para el abogado, el turismo, primera industria de Córdoba, se beneficiará, entre otras cosas, por «el incremento de la pernoctación media, que sigue siendo baja en la ciudad». En cualquier caso, subraya que los reconocimientos no deben entenderse como un elemento aislado y señala que la iniciativa pública y privada deben completar la oferta con otros alicientes todos los días del año».

En la misma línea, el decano del Colegio de Economistas de Córdoba, José María Casado Raigón, destaca como positivo «el impulso de la visualización de la ciudad y de su economía» que supondrá la declaración de Medina Azahara. En su opinión, «se observa a través de diversos indicadores que Córdoba pierde posiciones respecto al contexto regional y nacional y apenas se perciben cambios en su casi secular plenitud». Al igual que Martín, señala que «uno de los sectores más beneficiados será el turismo, ya que será un polo de atracción que deberá integrarse en el Plan Turístico de la ciudad» y ayudará a «desestacionalizar» las visitas. En la misma línea, considera que «contribuirá a ofrecer un turismo de calidad, que atraerá a un sector de turismo con una mayor capacidad de gasto». El presidente del Imtur, Pedro García, cree que una declaración de estas características «solo tiene efectos positivos». Para empezar, «por la proyección internacional de la ciudad», a lo que hay que sumar «los beneficios que reportará la explotación del yacimiento en cuanto a investigación y puesta en valor o la posibilidad de ofrecer nuevos productos turísticos todo el año».