Francisco Javier Soria Toledo, militar español de la misión en el Líbano, tenía 36 años y había nacido en Málaga. Estaba casado y estaba a punto de ser padre por primera vez. Pertenecía al Regimiento de Infantería Mecanizada Córdoba 10, de la Brigada Guzmán el Bueno, con sede en Cerro Muriano (Córdoba), unidad que forma el grueso del contingente español actualmente desplegado en el Líbano. El militar participaba en la misión denominada Libre Hidalgo desde el pasado noviembre. Su unidad está desplegada en la base Miguel de Cervantes de Marjayoun, en el sur del Líbano. El cabo ingresó en el Ejército en el 2004 y la del Líbano era su segunda participación en la misión internacional de la ONU en este país.

Las tropas españolas se desplegaron al sur del río Litani en el 2006, año en que España inició su contribución a la operación de la Finul en el Líbano. Desde el inicio de la misión, seis militares fallecieron en un atentado terrorista, otros tres en accidente de tráfico y dos por causas naturales. Otro soldado murió a causa de un golpe accidental. El golpe más fuerte sufrido por la misión española se produjo el 24 de junio del 2007. Seis cascos azules, tres de ellos colombianos, murieron por una explosión al paso de su blindado cerca de Jiam, en el sur del Líbano. 173 militares españoles han muerto en misiones en el extranjero.