La dirección provincial del PSOE-A de Córdoba se afanó ayer en llamar a la unidad, mientras todos, susanistas y sanchistas, tratan de digerir los resultados de las primarias socialistas y el triunfo rotundo de Pedro Sánchez, que por holgado resultó ser una gran sorpresa. Una cosa les une a todos: afirmar que éstas han sido las primarias más «sinceras y valientes» de cuantas se han celebrado y que el PSOE es el único partido capaz de hacerlo. Córdoba ha sido la segunda provincia, solo por detrás de Sevilla, en prestar su apoyo masivo a Susana Díaz, que recibió un 68,03% de los 3.469 votos emitidos, frente al 27,15% logrado por Pedro Sánchez, y al algo más del 4%, de Patxi López. Los partidarios del nuevo secretario general, por su parte, reivindican que se materialicen en los órganos de dirección del partido la renovación y los cambios que, a su juicio, han exigido los militantes a nivel nacional con su voto. Teba Roldán, coordinadora de la Plataforma de Pedro Sánchez, cree que «la militancia está a la espera de que el PSOE le devuelva la ilusión, algo que viene de la mano de la unidad, pero también de la renovación», apunta.

El secretario general de los socialistas cordobeses, Juan Pablo Durán, no hizo ayer declaraciones, algo que delegó en su secretario de organización, Antonio Ruiz, quien apeló a la unidad e incidió en que el debate y la confrontación deben concluir con la elección del secretario general. «Una vez que la militancia ha hablado y que tenemos un nuevo secretario general, lo más importante ahora es la unidad de todos», afirma Ruiz.

De este modo, unos y otros, al menos sobre el papel, desean cerrar cuanto antes el proceso de primarias y ponerse manos a la obra con la intensa actividad congresual que les espera y que se antoja complicada. De hecho, los movimientos ya han comenzado. Durán acudió ya ayer por la tarde, junto al resto de secretarios provinciales de Andalucía, a una reunión convocada de urgencia por Susana Díaz en Sevilla para evaluar los resultados y adelantar el congreso regional a los días 29 y 30 de julio (en principio estaba pensado para septiembre). Adelantar el congreso ha sido interpretado por muchos como el intento de la actual dirección andaluza de frenar la formación de una candidatura alternativa a Díaz, si bien el sector crítico espera mover ficha antes del congreso federal (19 de junio).

A nivel provincial está prevista la celebración del congresillo, mañana y pasado (24 y 25 de mayo). Esos días las agrupaciones deben elegir a sus delegados al congreso extraordinario provincial, donde se elegirán a su vez los delegados para el congreso federal. Hay dos escenarios posibles para la elección de esos delegados: que se elaboren listas consensuadas en base a los porcentajes de las primarias en Córdoba o que se presenten candidaturas alternativas. Esta opción es, como decimos, sobre el papel la que nadie quiere, aunque nadie se atreve a descartar. Rafael Blanco afirma que ese es el reto: «Los mensajes de unidad y respeto a lo que ha dicho la militancia hay que demostrarlos con hechos. Ha llegado el momento. No tendría mucho sentido que hubiera varias listas que se enfrentaran sino una solo que represente el diálogo», dice.

En la misma línea se pronuncia Teba Roldán: «Tenemos que materializar que es verdad que queremos unir y para que eso se haga realidad tenemos que sentarnos a hablar».

Silencios y alegrías // El silencio de buena parte de los socialistas cordobeses puede interpretarse como cautela ante un nuevo escenario que nadie prevé. También en el entorno de Pedro Sánchez hubo silencios como el del expresidente de la Diputación y alcalde de Hinojosa, Matías González, aunque en general fueron más elocuentes. Carmen Calvo, por ejemplo, cree que el PSOE tiene ahora una oportunidad de recuperar el voto perdido por la izquierda. «Espero que toda esa gente que se ha sentido huérfana vuelva, y lo haga por la izquierda», comenta. «La militancia ha dado una respuesta rotunda: no quieren que los políticos se alejen y no escuchen», apunta en referencia a la tesis de que estas primarias han supuesto un castigo a las élites de la formación. El exconcejal socialista Rafael Blanco espera, por su parte, que se aparquen las tensiones: «Confío en que Pedro tienda la mano, en la labor integradora de Patxi y que Susana y su gente, pasado estos primeros momentos difíciles, se sienten a hablar».