El Ayuntamiento de Córdoba tendrá un registro de ADN canino, que le servirá para tener un control de las mascotas existentes y para multar a los propietarios de perros que no recojan sus excrementos de la vía pública. La propuesta, que partía de Ciudadanos, contó con el apoyo de todos los grupos, por lo que llegó como moción conjunta. Con ella, el gobierno local se compromete a iniciar las actuaciones para modificar la ordenanza de control animal existente para implantar el censo de ADN canino y a establecer un nuevo régimen sancionador usando la identificación genética para exigir responsabilidades a los propietarios de las mascotas que incumplan la normativa. La empresa municipal Sadeco, consciente de que la ordenanza de control animal está obsoleta, ya ha empezado a trabajar en su actualización. Sadeco está redactando un borrador de ordenanza en el que pensaba incorporar de forma voluntaria el nuevo registro, que, ahora, además, reclama el Pleno.

Sadeco ya está utilizando el registro de ADN en las mascotas que da en adopción, aunque el objetivo de este sistema es priorizar la protección de los animales, ya que a un perro se le puede extraer el microchip (y, de hecho, hay personas que se lo arrancan, según ha detectado Sadeco), pero no su ADN.

El portavoz de Ciudadanos, David Dorado, explicó antes del Pleno que el registro de ADN persigue «paliar el problema que tenemos en la ciudad con el abandono de excrementos caninos en la calle». «¿Hay alguien en la sala que no haya pisado alguno una vez?», preguntaba dirigiéndose a los periodistas que le escuchaban en la sala de prensa. Por ello, «frente a los incívicos que no recogen los excrementos de sus perros, lo único que queda, tras las campañas de concienciación, son las medidas sancionadoras», aseguró.

Los grupos municipales son conscientes de que el ADN es un sistema de identificación «único», que «no puede quitarse, ni cambiarse, ni borrarse» y que, de paso, sirve para identificar al propietario de la mascota. Es más, y según el texto de la moción, en los municipios que tienen el censo de ADN se han reducido un 80% las defecaciones caninas en la vía pública. Con la aprobación de este registro, el Ayuntamiento deberá tomar medidas como llevar a cabo un convenio con el Colegio de Veterinarios y establecer un protocolo de recogida de las cacas de perro en el que intervenga Sadeco y la Policía Local.

Durante el mandato del PP el Ayuntamiento barajó la idea de implantar el registro, que no cuajó. Una localidad vecina, Málaga, cuenta con censo de ADN. Allí, la identificación cuesta 35 euros y el proceso de recogida de heces y de localización del propietario del perro, 18. No inscribir a la mascota en el registro implica en Málaga una multa de 217 a 500 euros, la misma que se le impone al dueño del perro que sea localizado a través del ADN de los excrementos.