Cuando el Palacio de Congresos abra sus puertas en octubre, quedarán más obras por ejecutar en el edificio. La fase que acaba ahora, y que lleva a cabo la empresa Tragsa desde hace más de un año para continuar los trabajos que quedaron interrumpidos en el 2015 a medio hacer por la anterior adjudicataria, tendrá continuidad con otra nueva etapa que ya cuenta con proyecto, que, según explicó ayer el delegado de Empleo, Manuel Carmona, está presentado en la Gerencia de Urbanismo y a la espera de licencia. Carmona asegura que esta intervención cuenta ya con el visto bueno de Cultura y recuerda que «no es una obra nueva», por lo que «hay que tener en cuenta los condicionantes del edificio», que, además, es un Bien de Interés Cultural. El plazo de ejecución que baraja la Junta para llevar a cabo este nuevo proyecto es de 18 meses, aunque en el pliego de condiciones para la explotación del edificio se fijó un periodo de tres años en el que se reduce un 60% el canon para compensar que no esté en uso en su totalidad. Los planes de la Junta son que en el 2020 esté totalmente operativo.

En febrero pasado, en la visita organizada por la Junta al Palacio de Congresos, el delegado anunció que la siguiente fase comenzará a continuación de la que acaba ahora -y que entonces se esperaba para junio, aunque el plazo de ejecución de la obra encomendada a Tragsa finaliza en agosto- y que las obras se compatibilizarán con el uso del edificio. La idea sigue siendo la misma.

Infografía recreación del salón Plenario del Palacio de Congresos de Córdoba.

La segunda fase de la obra se centrará en el Patio Italiano y en el Patio Mudéjar y su entorno y afectará a las salas Ramírez de Arellano (130 butacas), Juan Bernier (que pasará de 38 a 49), Beatriz Enríquez (que será nueva y tendrá 48), Julio Romero de Torres (194) y Ambrosio de Morales (de 195 a 195). En total, el aforo pasará de 1.241 plazas a 1.531 cuando la segunda fase esté.

El Patio Italiano tendrá acceso propio para tener independencia del resto del edificio y podrá convertirse en terraza, que destacará por su jardín vertical y será uno de los atractivos del edificio. En cuanto al Patio Mudéjar, su galería superior podrá usarse de forma independiente para eventos.

Cuando la Junta decidió en el 2013 reformar el Palacio de Congresos no imaginaba las vicisitudes que iba a sufrir, ya que la obra quedó parada en el 2015 por problemas con Aldesa. Su idea era entonces invertir 2,6 millones que se han ido al doble. Tras resolver el contrato, la Junta adjudicó a Tragsa lo que quedaba por 2,1 millones y la redacción del proyecto de una fase más, que costará 4 millones.