Las ayudas agrarias buscan garantizar la calidad y la seguridad de las producciones, además de preservar un pilar estratégico de la economía comunitaria y asegurar la renta. En circunstancias como la actual, cuando el precio del aceite alcanza unos niveles inusuales en estas fechas, es cuando surge el debate ante el riesgo de caída del consumo. El virgen extra cotizaba ayer a 3,80 euros en el Poolred, un precio que no es habitual (habría que remontarse al 2006). Tampoco es adecuado lo que viene sucediendo con la leche y sus bajos precios. Una moderna PAC, libre de intereses estatales y más comunitaria, es la que debería corregir este tipo de desajustes y pensar en el campo en futuro y no en presente.