La verdad es que no sé si la noticia está en que Pablo Casado ha ganado el congreso del Partido Popular o en que Javier Arenas es la primera vez que pierde un cónclave en esta formación. Pero dejando de lado esta broma andaluza, lo trascendente es que el nuevo presidente nacional del PP ha conseguido su plaza con un resultado muy claro, nada ajustado como se preveía, sino con 451 votos por encima de su rival, Soraya Sáenz de Santamaría. Casado cumplió sus propias previsiones al convertir los respaldos de María Dolores de Cospedal en capital propio, y así se ha visto meridianamente con la delegación de compromisarios de Córdoba, donde la secretaria general del PP resultó ser la más votada por los militantes en la primera criba de las primarias. Liderados por el exalcalde y exsecretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, la mayoría de los delegados cordobeses (34) respaldaron a Casado, tal y como había recomendado Nieto a comienzos de esta semana a través de la redes sociales. El voto era secreto, pero las intenciones no tanto. Los diez restantes apoyaron a Soraya.

Así que el ambiente reinante ayer entre los compromisarios de Córdoba era de satisfacción, pues, a pesar de haber ido en sentido contrario que la mayoría de las provincias andaluzas (que apoyaban a «Soraya, la del PP» como dijo ella ayer) han dado en la diana del sentir mayoritario, si no de la militancia, de las alianzas entre las fuerzas surgidas de la primera ronda. No estaban las cosas tan ajustadas como parecía, y el propio Nieto remarcaba ayer que «no hay dudas sobre la legitimidad de Pablo Casado». De los planes de Casado para Nieto aún no se sabe nada. Sí que tienen buena relación y que durante la etapa de Nieto en Interior el contacto ha sido «continuo»

En la parte perdedora, una figura pública cordobesa que respaldó a Sáenz de Santamaría es el exalcalde y diputado Rafael Merino, que, tras conocer el resultado, señaló que «todos tenemos que estar ahora con el nuevo presidente». La elegancia de la exvicepresidenta del Gobierno en la aceptación de su derrota se ha extendido a todos sus partidarios, entre ellos el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, que felicitó al ganador y se puso a su disposición. Los rumores sobre las consecuencias que para el PP andaluz desunido, y para el liderazgo de Moreno, podría tener el resultado han tropezado con el compromiso expresado en el discurso del vencedor de que «respetará los territorios». Además, las elecciones andaluzas están muy cerca, incluso si no se adelantan como se espera, por lo que sería arriesgado moverle la silla a Moreno. Sobre la posibilidad de que esta nueva situación la interprete la presidenta andaluza, Susana Díaz, como una posición de debilidad que le permita atacar mejor a Moreno, Nieto ironiza: «Moreno no ha perdido, ha perdido su candidata, pero Susana Díaz sí perdió la primarias contra Pedro Sánchez». Las elecciones andaluzas serán el primer reto para el nuevo líder nacional y su capacidad de convencer a los electores.

Si los 3.082 compromisarios lo traían claro desde casa o si se decidieron por los discursos --el de Santamaría de más profundidad, el de Casado más populista y atendiendo a las tradicionales posiciones del electorado conservador--, nunca lo sabremos. Lo que sí llamó la atención es que, igual que en aquella famosa asamblea de Podemos en la que Pablo Iglesias iba a laminar a Íñigo Errejón, los aplausos durante las intervenciones iban acompañados de gritos de «unidad», «unidad». Que luego se apliquen el cuento es otra cosa, pero esa era la demanda. La verdad es que en la delegación cordobesa el ambiente era bueno. La noche del viernes cenaron de tapeo en el restaurante Pomerania y lo que allí se respiraba era buen talante y relación entre todos. Ahí está la fotografía de Merino y Nieto. Ahí está la satisfacción de unos y otros posando con un invitado muy especial, el que fuera presidente de AP, el abogado cordobés Antonio Hernández Mancha. La unidad era el objetivo del presidente provincial, Adolfo Molina, que durante las primarias acompañó a todos los candidatos que se dejaron ver por Córdoba y no quiso pronunciarse a favor de ninguno para respetar la libertad de los compromisarios. Molina aseguró que «estaremos con Juanma Moreno en Andalucía». Para el presidente provincial del PP, «Casado ha tocado el corazón de la gente».