En el aspecto negativo que implica la estadística avanzada por el INE se puede encontrar algún aspecto positivo. El aumento de la esperanza de vida y el mayor porcentaje de habitantes con más de 64 años generará un nicho (palabra muy inapropiada en esta ocasión) de empleo para atender a este colectivo, aunque también se exigirá una mayor partida presupuestaria en atención a la dependencia y a la salud. Entre lo negativo siempre aparecen las conocidas dificultades para mantener el sistema de pensiones y la reducción de población activa.